Es quizá el proyecto peatonal más emblemático en la Ciudad de México, pero hoy la calle de Madero, en el Centro Histórico, está sumida en el desorden: giros negros, antros que no respetan horarios ni límites de ruido, volanteros de ópticas y estudios de tatuajes que, de acuerdo con la autoridad, algunas veces hacen labores de halconeo y venta de droga
En la que es considerada la calle más transitada por peatones en la capital –se estima que al día pasan por ahí más de 350 mil personas- persiste un ejemplo de antros que operan fuera de norma: la Plaza Madero 20, que alberga ocho centros nocturnos que superan los límites de ruido hasta por 30 decibeles por encima de lo que marca la norma ambiental en la materia.
Al respecto la coordinadora de la Autoridad del Centro Histórico, Dunia Ludlow, explicó en entrevista con El Sol de México: “El tema que es un agujero negro Madero 20, en donde desgraciadamente la administración anterior, en una muy mala planeación y de manera lamentable, en los últimos tres años dio seis giros negros a un solo inmueble".
“Se cerraron varios establecimientos de Madero 20 en aras de no cancelar la vida nocturna del Centro Histórico, se habló con los dueños de estos locales, se les dio una oportunidad de apertura bajo ciertas condiciones que no cumplieron; hoy Madero 20 está igual, entonces vamos a fomentar una acción que nos ayude a regular ese inmueble, ya que ellos son incapaces de autorregularse”, adelantó.
Otro tema que se está atendiendo es la presencia de volanteros de las ópticas, estudios de tatuajes, terrazas y restaurantes en la calle de Madero, quienes convirtieron su pregón "reposiciones, armazones, micas, examen de la vista gratis, lentes en una hora" en parte del paisaje sonoro del Centro Histórico, pero no solamente eso.
En palabras de la coordinadora de la Autoridad del Centro Histórico, su presencia no solamente “provoca ruido y obstaculizan la vía pública, sino que varios de ellos están ligados con halcones e inclusive supuestamente con acciones ligadas al narcomenudeo”. Por ello se emprendió un operativo para su retiro y remisión al juzgado cívico.
“Hicimos un conteo de cuántos volanteros había, cerramos el año con 241 volanteros, en diciembre envié una carta a todos y cada uno de los establecimientos que hacen uso de los volanteros, que son ópticas, tatuajes, terrazas y restaurantes, para su retiro. De esa acción bajamos 187”, refirió.
Actualmente hay alrededor de 50 volanteros y la intención es mantenerlo así en tanto se genera una estrategia y nuevos operativos para restringir al 100 por ciento su presencia, ya que los negocios que promueven tienen sus espacios en las plazas comerciales tanto de Madero como de calles aledañas.
Además, añadió, “ya no están los masajistas de las bocacalles, ahí la Secretaría de Salud nos envió un aviso diciéndonos que no tienen permiso ni certificación para realizar esta actividad, por lo que fueron retirados. Nos falta el tema de las botargas, estamos hablando con la Secretaría de Gobierno para encontrarles un mejor lugar”.
“Tanto ruido, las estatuas, los masajistas, todo este caos, inclusive algunos inmuebles que tienen chelerías, denigran la calle comercial más importante de México. En un diálogo con los comerciantes de la zona se le hizo la solicitud al gobierno de la Ciudad de México para que empezáramos por la recuperación integral de Madero y fungiera como esta calle que manda un mensaje al resto del Centro Histórico en cuanto a reordenamiento”, subrayó Dunia Ludlow.
También adelantó que, tras la rehabilitación de la avenida Hidalgo, su continuación en Tacuba recibirá más flujo de peatones, por lo que analizan también el retiro de los volanteros que están afuera de las ópticas y plazas comerciales al exterior de la estación Allende de la Línea 2 del Metro, donde su obstrucción es mayor. Lo mismo se hará en el corredor peatonal de Motolinía y en 16 de Septiembre.