La colonia Nueva Díaz Ordaz, ubicada en la alcaldía de Coyoacán, está en la mira del Gobierno de la Ciudad de México para cambiarle el nombre, como parte del empeño de las autoridades capitalinas por borrar de la memoria el recuerdo de ese expresidente mexicano.
El lunes pasado, Martí Batres, titular de la administración capitalina, presentó un plan de 50 propósitos a cumplir en los últimos 100 días de su gestión y uno de ellos, en el aspecto de cultura, es iniciar el procedimiento para borrar el nombre de Gustavo Díaz Ordaz.
El territorio de la colonia, a un kilómetro de la estación Xotepingo del Tren Ligero, es relativamente pequeño. La calle principal se llama Tepetlapa sirve de división con la colonia Adolfo Ruiz Cortines, otro expresidente mexicano, y recientemente también le cambiaron el nombre a una de sus calles, que antes era 18 de Julio y ahora es Manuel M. Zamacona.
Las calles angostas de esta colonia capitalina se caracterizan porque en las fachadas de los hogares es común ver placas con los datos de cada familia que ahí vive y el nombre completo de la colonia. “Nueva Díaz Ordaz” se repite no solo en los postes, también en la mayoría de las puertas.
Enrique Sánchez vive en esa colonia, conoce el interés del gobierno para cambiarle el nombre a la colonia, pero está en contra por varias razones y la primera de ellas es que los perjudicará: desde cambiar su credencial de elector, las escrituras de sus casas y otra serie de trámites engorrosos y costosos. Consideró que hay cosas más urgentes que faltan en la colonia, como mejorar la vigilancia y el patrullaje.
Otro residente, Ely González, coincidió con Enrique e invitó a recorrer las calles de la colonia para ver que el pavimento está en mal estado, con baches, faltan luminarias y podar los árboles. Dice que los vecinos los tienen que podar ante la falta de atención de las autoridades.
Integrantes de la familia Álvarez, que viven en la calle Benemérito de Las Américas, mencionaron que otra carencia es el abasto de agua, como en otras partes de la ciudad y eso, subrayaron, sí urge atender antes de pensar en cambiarle el nombre a la colonia, pues “eso es lo de menos”. Agregaron que las calles solamente las parchan, por eso es que siguen los baches ahí.
Las casas de la colonia Nueva Díaz Ordaz son en su mayoría unifamiliares, de clase media baja, por lo que sus vecinos aprovechan sus estacionamientos para instalar talleres de reparación de autos, aparatos eléctricos, motocicletas, pequeños salones de belleza o misceláneas, tiendas de abarrotes y cafeterías.
La iniciativa de eliminar el recuerdo histórico del expresidente Gustavo Díaz Ordaz, quien fue el culpable de la matanza estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas en 1968, comenzó en la administración pasada, cuando José Ramón Amieva, entonces jefe de gobierno local, ordenó retirar las placas de las estaciones del Metro en las que se daba a conocer que ese exprimer mandatario las inauguró.
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El primero de esos recuerdos que desapareció fue el que estaba a la entrada de la estación Insurgentes y que fue donde las autoridades realizaron en 1969 la ceremonia de inauguración del Metro de la Ciudad de México.
El Gobierno de la Ciudad de México se mantiene firme en borrar el nombre del expresidente a las calles que los tienen y ahora van tras la colonia.
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