CDMX, el lugar sin riesgos para abortar

Debido a que en sus estados no se les permite, más de 62 mil mujeres han acudido al sector salud de la ciudad

Maleny Navarro y Éricka Uribe /El Sol de Durango

  · sábado 27 de abril de 2019

Mujeres de todos los estados de la República, especialmente del Estado de México y Puebla, han visto por 12 años a la Ciudad de México como el lugar que les brinda la certeza de poder interrumpir un embarazo sin riesgo de perder la vida y sin que su decisión sea juzgada o condicionada.

Desde abril de 2007 al 28 de febrero de este año, suman 208 mil 231 abortos realizados en las instancias de salud local, de los cuales 145 mil 442 se han practicado a mujeres locales,, seguidas por las del Estado de México, Puebla e Hidalgo.

La secretaría de salud de la Ciudad de México ha atendido en 12 años a 54 mil 836 mujeres que residen en el Estado de México, a mil 267 a las poblanas y mil 113 a las residentes de Hidalgo.

También ha auxiliado a mujeres del resto de los estados aunque en menor proporción e incluso ha atendido a 63 mujeres extranjeras.

El aborto en México no tiene una legislación homogénea, aunque sí hay una causa por la que es un derecho esta práctica: interrumpir el embarazo producto de una violación. Entre otras razones está el evitar poner en riesgo la salud de la mujer, sólo en dos estados se aprobó por razones socioeconómicas y la Ciudad de México es la única que permite el aborto por voluntad propia.

En la actualidad, 80% de las pacientes acude a los Centros de Salud que le brindan mayor comodidad y privacidad, generando un servicio con mayor aceptación al ser de calidad con el trato digno que merecen.

Kilómetros por recorrer

María, nombre ficticio que utilizaremos para la protagonista de esta historia, decidió recurrir al aborto luego de haber sido víctima de una violación, sin duda ella nunca imaginó que tendría que viajar a la Ciudad de México y pasar este trago amargo rodeada de desconocidos.

Había sido víctima de un abuso sexual y con apenas 20 años ya tenía un pequeño hijo que dependía de ella. Sintió que una responsabilidad más y bajo esas condiciones era más de lo que podría soportar.

Lo dialogó con su mamá y acudieron a la activista social Julieta Hernández Camargo, cuya asociación “Sí hay mujeres en Durango” ha apoyado cientos de casos como el de María.

Fue así como a través del organismo Grupo de Información de Reproducción Asistida (GIRE), que María logró llegar en compañía de una amiga a la Ciudad de México. “Ellos corrieron con todos los gastos, los míos y los de mi amiga; avión, hotel, comidas, todo, y eso tengo que agradecerles” comentó.

Del proceso en la clínica dice a El Sol de Durango que la jornada inició a las seis de la mañana, le dieron una plática que duró mucho tiempo, donde le hablaron del procedimiento al que iba a ser sometida y le advirtieron que su decisión era muy importante.

“Yo no lo hice porque quería, lo hice por necesidad, porque me habían violado y porque no podría cuidar a un hijo más”, narra ahora y su voz es la de una persona que sabe que tomó la mejor decisión ya que en aquel momento aún se encontraba en la escuela.