A la marcha del orgullo de la diversidad sexual no sólo asistieron hombres y mujeres de la comunidad LGBTTTIQ+, sino también estuvieron presentes familias con sus hijos, y es el caso de Carmen, quien dice que llevó a su hijo para enseñarlo a ser tolerante. Cerca de ellos pasa el contingente sobre Paseo Reforma en la Ciudad de México.
Otra familia de papá y mamá junto a su pequeño de ocho años estaba a un costado de la Glorieta Colón apreciando lo que para algunos era como un carnaval por la música, que en su mayoría fue reggaeton, con canciones que a la letra decía "nalga y tetita" y el baile que realizaban algunos con diminuta ropa.
En el segundo contingente de la marcha iban mujeres trans alzando una lona con la frase "esta marcha ha sido secuestrada por gobierno y empresas" y al frente una de ellas se bajaba el escote del vestido para mostrar sus senos operados, lol que a más de alguno causó asombro como a una menor que se arrinconó en los brazos de la mamá para no seguirla viendo y un papá volteó a sus hijos para que no la vieran.
Al sonido de los tambores la población LGBTTTIQ+ bailaba y disfrutaba arriba de los camiones que trasladaron a varias participantes de la marcha desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo y otros prefirieron caminar porque no les alcanzó para pagar su lugar, como le sucedió a Grecia Figueroa, mujer trans de Tultitlán, del Estado de México.
"Mi idea sí era subirme en una de las plataformas, pero hace 15 días estuve delicada de salud y por cuestión de economía ya no pude pagar", platicó conforme avanzaba dentro del tumulto de 170 mil participantes, según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Arreglada con un vestido cargado de lentejuelas blancas y doradas, sus tacones del 14 con una pronunciada plataforma brillosa y su corona en la cabeza que se ganó por ser la reina de Tultitlán, comentó que todavía están muy cerrados y desinformados con los derechos de la diversidad sexual en el Estado de México.
Más adelante, sobre avenida Juárez, a la altura de Bellas Artes, Alexa señala: "Esto no es una fiesta, es una forma de mostrar que existimos y que no somos una enfermedad sino gente que exige sus derechos. Queremos dejar de ser discriminados".