Desde hace un mes, en las aceras y el camellón de Calzada de Guadalupe, que desemboca en la Basílica, se desbordó el comercio en vía pública por la invasión de 200 comerciantes ambulantes y 150 de los llamados toreros, denunciaron ayer siete organizaciones de locatarios establecidos en las plazas del entorno de La Villa.
La líder de una de las organizaciones denunciantes, Martha Zaldívar, acusó en conferencia de prensa que esta invasión no sólo ha disminuido hasta en 60% sus ventas, sino que pone en riesgo la declaración de barrio mágico, hecha por la Secretaría de Turismo de la CdMx en 2011.
En este polígono de la Basílica se encuentra además la Plaza Mariana, el Parque del Mestizaje, el Acueducto de Guadalupe, el Museo del Ferrocarril y la Ferroplaza.
Para los mil comerciantes afectados establecidos en seis plazas, esta situación tiene nombres y apellidos, pues señalaron a los líderes de comerciantes Guillermo Moreno y Jorge Magaña de estar detrás del desbordamiento del comercio informal en el entorno de la Basílica de Guadalupe.
Cuestionado sobre si saben a cuánto ascienden las ganancias de estas dos personas por liderar a los ambulantes y a los toreros, Zaldívar admitió que no, aunque constataron que los comerciantes informales sí pagan una cuota para vender su mercancía.
Zaldívar Hernández explicó que los 200 comerciantes ambulantes tienen locales en las seis plazas del entorno de La Villa, sin embargo, se instalan en las calles para ganar clientela; en tanto los 150 toreros provienen de Tepito (en Cuauhtémoc), la delegación Iztapalapa e incluso del Estado de México. Su venta se basa principalmente en mercancía de tipo religioso.