A finales de febrero, el Gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría de Energía colocarán la primera piedra de la Central Fotovoltaica de la Central de Abasto (CEDA), ubicada en la alcaldía Iztapalapa.
Por ello, la próxima semana se dará a conocer el fallo de la licitación para la primera etapa del proyecto en la que se instalarán paneles en dos naves; posteriormente, en marzo de este año, se licitará la segunda fase de la central, la cual abarcará 20 naves más, de manera que la central quedará lista a finales de 2022.
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Faldlala Akabani, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico de la CDMX (Sedeco), señaló que la primera etapa fungirá como un programa piloto, para ver qué problemas surgen y qué situaciones se requieren adaptar con mayor precisión, de manera que en la segunda etapa “ya esté todo planchado”.
“Se verificará la rapidez con la que se colocan los paneles solares en los techos, la entrada de los camiones que traen los paneles solares a la Central de Abasto, toda la logística de carga y descarga de los paneles, todo un esquema de preparación y un esquema de cómo entrarían los camiones y en qué zona se descargarían, dónde estará el centro de operaciones; todo esto se hace en una primera etapa con las dos primeras naves”, detalló en entrevista con El Sol de México.
En días recientes la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) resolvió en sentido positivo la Manifestación de Impacto Ambiental de la Central Fotovoltaica, con varias condicionantes. Una de ellas consiste en la realización de una consulta entre los habitantes que se verían afectados por el proyecto, así como una evaluación del impacto social de la Central Fotovoltaica.
Al respecto, José Alberto Valdés Palacios, director de Desarrollo y Sustentabilidad Energética de la Sedeco, señaló que la evaluación del impacto social se realizó paralelamente con la Secretaría de Energía a la vez que se realizaba con Semarnat la evaluación de impacto ambiental el 15 de diciembre del año pasado.
“Se nos dio hasta el 15 de enero la respuesta de ‘aceptado’, después de que nos hiciera estas observaciones de la Manifestación de Impacto Ambiental. Esto quiere decir que lo que se nos instruyó de hacer estas consultas ya estaba en curso y de hecho ya estaban concluidas; pero todavía no habían sido aceptadas en la evaluación de impacto social. Ahorita ya están listos”, declaró.
Valdés agregó que una de las herramientas con las que contará la central es un circuito de monitoreo basado en un sistema SCADA (Supervisory Control and Data Acquisition), con el que se monitoreará la Central Fotovoltaica a través de una conexión por internet, de modo que puede verificarse su operación en un dispositivo móvil.
Además, el sistema SCADA generará una base de datos ambientales y atmosféricos que podrán ser usados por otras dependencias, como la Secretaría del Medio Ambiente y la Agencia Digital de Innovación Pública.
“Con el sistema SCADA podemos obtener datos ambientales atmosféricos que pueden leer temperatura ambiental, humedad, además de los propios del sistema, como son potencias, corrientes, voltajes, potencias reactivas, potencias activas, desfasamientos; pero lo que nos interesa es cuánta energía genera y a qué hora, hacer nuestros esquemas de energía e ir almacenando la información”, explicó.
Aunque confió en que la obra se ejecutará en ocho meses, tiempo inscrito en la Manifestación de Impacto Ambiental, aceptó que un tema preocupante en la ejecución del proyecto es el presupuestal, ya que se elevan los costos de algunos materiales, por la inestabilidad de la moneda en el marco de la pandemia, además de que las entregas podrían retrasarse por la falta de trabajadores.
En ese sentido, expuso que se instará a las empresas ganadoras de las dos licitaciones a que desarrollen capacidades, para que adelanten instalaciones antes de que lleguen los paneles solares a la Central de Abasto.
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