Casi mil millones de pesos recaudados por el aumento a la tarifa del Metro terminaron en la compra de piezas para el mantenimiento de 45 trenes de la Línea 2 a una empresa cuyo principal giro es la venta de instrumentos médicos, incubadoras y camillas.
Encima de eso las refacciones provistas por Consorcio Internacional Quetzalcóatl fallaron antes de lo establecido en la garantía técnica sin que la empresa se haya hecho cargo de los desperfectos en estas piezas primordiales para el correcto funcionamiento de los trenes.
Se trata de mil 19 diferenciales de motor, que “son elementos mecánicos que permiten que las llantas de la derecha y de la izquierda giren a velocidades distintas según la curva que tome un vehículo. Gracias a los diferenciales los trenes no se desestabilizan y mejoran la conducción”.
Estas piezas se compraron como parte del mantenimiento mayor a 45 trenes de la Línea 2, que es uno de los nueve proyectos comprometidos con los recursos captados por el aumento de dos pesos a la tarifa del Metro.
En un reporte recién publicado por el Sistema de Transporte Colectivo se detalla que para este proyecto de se firmaron 26 contratos entre 2015 y octubre de 2018 por un monto global de dos mil 466 millones de pesos, de los cuales se tienen pagados dos mil 333 millones.
No obstante la actual administración encontró irregularidades en las contrataciones de este proyecto y el de la renovación y rehabilitación de la Línea 1 del Metro. En el primer caso, por ejemplo, el monto superó a lo previsto en un inicio por 121 millones de pesos.
Además se descubrió que dos de los 26 contratos fueron para la compra de mil 19 diferenciales de motor con un monto de 997 millones de pesos, de los cuales ya se han pagado 886 millones a la empresa Consorcio Internacional Quetzalcóatl, especializada en equipo médico.
De los mil 19 diferenciales adquiridos, para febrero se habían instalado 681 y 338 piezas estaban pendientes por montar. No obstante los ya instalados presentaron fallas antes de lo previsto en la garantía técnica, que es de 500 mil kilómetros o 48 meses.
Por ello se llamó al proveedor para que se hiciera cargo de los equipos defectuosos, sin embargo la empresa –que además fungió como intermediaria, pues compró a su vez los equipos a Texelis, subsidiaria de Renault Trucks- no se presentó en los talleres.
En octubre la Subgerencia de Mantenimiento Mayor reportó que 18 diferenciales presentaron averías entre el 20 de agosto y el 16 de octubre, en un rango de 26 mil y 145 mil kilómetros recorridos, “distancias mucho menores a las establecidas en la garantía técnica”.
“El número de días transcurridos entre la fecha de montaje y la de avería oscila entre los 69 y 389 días, con un promedio de 227.5 días entre ambas fechas, un tiempo mucho menor al establecido en la garantía”, se lee en el reporte.
Y se agrega: “del total de diferenciales reportados, dos sufrieron averías a menos de 100 días de su montaje, cinco entre los 101 y 200 días; siete entre los 201 y 300 días y únicamente cuatro tuvieron un ciclo de vida mayor a los 300 días”.
Ante esta situación la actual administración del Metro hizo algunas observaciones: “además de la ausencia del proveedor CIQ para la revisión in situ de los diferenciales, debe considerarse, en principio, que la compra de los equipos pudo llevarse a cabo directamente con Texelis, sin la necesidad de contratar un terciario”.
“En segundo lugar destaca que el giro reconocido del proveedor CIQ es la venta de instrumental médico, incubadoras y camillas, según consta en el sitio web del Sistema de Información Empresarial Mexicano, es decir, se trata de una empresa sin experiencia en la venta de equipo especializado como los diferenciales”, añade.
El Sol de México buscó conocer los comentarios del diputado Jorge Gaviño sobre estas anomalías encontradas, ya que fue director del Metro de julio de 2015 a marzo de 2018, sin embargo hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta por parte de su equipo de prensa.
Fue la actual directora del Metro, Florencia Serranía, quien el 6 de marzo en su primera conferencia de prensa acusó: “por varios años aquí han mandado los proveedores improvisados, no supervisados, flamantes comercializadores que han definido qué vender y a qué precio. Claramente les digo que al Metro se lo ha acabado la corrupción”.
Parchan Línea 1
En el segundo proyecto observado, que es la renovación y rehabilitación de la Línea 1 del Metro, se encontró que, sin fundamento técnico, se optó solamente por firmar contratos para el embellecimiento de las estaciones, y no se dio prioridad a rehabilitar las instalaciones de vías y túneles para la seguridad operativa de los trenes.
En este proyecto se firmaron 28 contratos entre 2015 y 2018 por un monto de 804 millones de pesos, de los cuales ya se han pagado 792 millones de pesos. Solamente dos contratos fueron para la rehabilitación de vías y cajón del túnel.
En 25 casos fueron contratos para la renovación estética de las estaciones, en nueve de ellos hubo modificaciones al alza en el monto y a la fecha no se ha concluido con los trabajos, quedando pendientes nueve estaciones como Tacubaya, San Lázaro, Pantitlán, entre otras.
“Como se puede observar los esfuerzos y recursos que se han implementado en el proyecto, se han dirigido mayormente a rehabilitar edificios de estación, sanitarios, entre otros, en vez de darle prioridad a la rehabilitación del cajón estructural o al sistema de vías”, como recomendó un diagnóstico de la empresa francesa SYSTRA sobre la Línea 1.