Con música recuerdan a sus muertos

Desde temprano, miles de familias acudieron a los panteones capitalinos, cargados de antojitos y adornarlos con flores, para reunirse en torno a la tumba de sus seres queridos

Manuel Cosme | El Sol de México

  · domingo 3 de noviembre de 2019

Las familias se juntan para honrar a sus difuntos / Foto: Ernesto Muñoz

Un aguacero, que se registró después del mediodía, les aguó ayer la fiesta a los muertos, aunque los familiares de algunos llegaron desde temprano a los cementerios de la Ciudad de México, a fin de convivir con sus seres queridos y pagaron a grupos norteños para que les cantaran sus canciones favoritas, entre las que no podía faltar Te vas ángel mío.

Mientras, en el Mercado de Jamaica hubo ventas y compras de última hora de flores para adornar los sepulcros y las ofrendas en las casas por el Día de Muertos, por ejemplo, el ramo de cempasúchil se cotizaba entre 25 y 40 pesos, mientras que el manojo de gladiolas se ofertaba de 150 y 250 pesos.

Desde temprano, miles de familias acudieron a los panteones capitalinos, cargados de antojitos, cervezas, flores, sillas, bocinas, cubetas, incensarios, rosarios y escobas para asear el sepulcro de sus seres queridos, adornarlos con flores, tapetes de aserrín y reunirse en torno a la tumba para recordarlos.

REPERTORIO LÚGUBRE

A la entrada del panteón de San Lorenzo Tezonco, alcaldía de Iztapalapa, Los Labradores del Norte se preparaban para lo que esperaba fuera una buena jornada, afinaban el bajo y el acordeón y el de las tarolas, daba los primeros golpes.

Foto: Ernesto Muñoz

Durante una entrevista, afirmaron que en el transcurso del día esperaba que por lo menos 50 familias les pidieran cantar las melodías. Una vez que afinaron sus instrumentos, Los Labradores del Norte son llamados a la primera tumba, y entonces iniciaron a cantar Amor eterno, siguieron con Nosotros y cerraron esa primera actuación con Dos coronas a mi madre.

SIN PRECIO

Las familias Flores Rueda y Pérez Trigueros llegaron antes de las 10:00 horas al panteón de San Lorenzo para embellecer las tumbas de su madre y un amigo, y cerca del mediodía ya lucían ricamente adornadas con flores de cempasúchi. Interrogados sobre cuánto gastaron en embellecer las tumbas, respondieron “eso no tiene precio”.