Falta de equipo contra incendios, cabinas dañadas y poca respuesta a los reportes de fallas en vías y trenes del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, es lo que viven sus conductores quienes manejan con miedo tras el desplome del puente elevado de la Línea 12.
El gobierno de la Ciudad de México se comprometió a revisar otras líneas con tramos elevados, como la 4, la 9 y la B, para no dejar pasar fallas que deriven en accidentes. La Secretaría de Obras empezó con una inspección en Pantitlán, pero el plan es analizar cómo los desniveles en los viaductos afectan la operación del transporte.
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Alfredo, quien lleva más de 20 años como conductor del Metro en la Línea 9 y que prefirió cambiar de nombre por miedo a perder su trabajo, señaló que tras el accidente vive con miedo de trabajar en el Metro, incluso, aseguró que ha disminuido la velocidad con la que maneja el convoy.
Recordó que de marzo a abril se realizó mantenimiento en las estaciones Ciudad Deportiva, Puebla y Pantitlán de la Línea 9. De acuerdo con el secretario de Movilidad, Andrés Lajous, la intervención nació luego de que los trenes y los usuarios detectaron el desnivel. “Se niveló la vía para que pudiera mantener su capacidad y velocidad de operación normalmente”, dijo.
Sin embargo, Alfredo asegura que esto no pasó. Según el Plan Maestro del Metro 2018-2030, la línea necesita de una inversión de 114 millones de pesos para mantenimiento correctivo mayor a las instalaciones de vías.
“Cuando lo arreglaron, según, en Semana Santa quedó terrible. Se supone que los trabajos eran para mejorar el servicio, pasar de 40 kilómetros a 65 y mejorar los tiempos, pero esto no ocurrió, seguimos manejando a 40 y toda la superficie en las estaciones se bambolea, que es cuando se va de un lado a otro”, cuenta.
Indicó que muchos trenes tienen problemas, pues alrededor de 80 por ciento, de los 25 con los que cuenta la línea, reportan al menos una avería. Y aseguró que todo se reporta a la Dirección de Material Rodante, pero el mantenimiento o reposición de piezas tardan días, meses o a veces nunca llega.
“El tramo está muy fracturado, así como la entrada a las vías. Las autoridades tienen conocimiento de las fallas, pero no atajan el problema. A veces sí han hecho reparaciones, pero no quedan. Una vez me retiraron el tren durante un mes para repararlo por fallas en el motor, pero cuando me lo regresaron volvió a tener problemas a los días. Es una situación que tiene años”, apuntó.
Además, sus compañeros de otras líneas como la 1, que corre de Observatorio a Pantitlán, y la B, que va de Ciudad Azteca a Buenavista, han denunciado a las autoridades del Metro las mismas fallas, las cuales tampoco han sido atendidas.
Platicó que después del colapso del puente elevado de la Línea 12, amigos y familiares comenzaron a llamarlo para saber cómo se sentía. “Piensas que eso te puede pasar a ti, y más aún cuando hemos reportado estas fallas y es lo mismo”, dijo.
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