En el sistema de transporte público de la Ciudad de México caben todas las curiosidades, excentricidades y pasajeros, excepto uno al que nadie le permitirá el acceso: el coronavirus.
El Covid-19 se transmite esencialmente por vía respiratoria y contacto físico, cuando tocamos superficies contaminadas y luego nos llevamos las manos a la cara. Por ello las labores de limpieza en el Metro, Metrobús, Ecobici y los autobuses RTP son imprescindibles en esta época. El Sol de México participó en las jornadas de sanitización para contarte cómo es que en tu viaje de Guerrero a Atlalilco o en tu rodada por la colonia Anzures no te acompaña un pasajero indeseado.
METRO
Tren que no se sanitiza, tren que no tiene permiso para rodar. Cada día en los talleres del Metro, se lavan y desinfectan entre 316 a 320 trenes.
Una cuadrilla de 25 personas -que son parte del personal de limpieza habitual, contratado vía outsourcing- realiza el lavado de trenes y dos personas más se dedican a la limpieza profunda. Este último grupo es externo al Metro y forma parte de la empresa Kingmar, especializada en el sector sanitario.
Es por esto que los empleados de limpieza visten su uniforme cotidiano, ya que ellos primero hacen el lavado de piso, techo, paredes, ventanas, asientos y tubos, posteriormente, el personal especializado realiza el proceso de desinfección por medio de la aplicación con nebulizadores de una solución química biodegradable.
La sustancia tiene propiedades bactericidas, virucidas y fungicidas: se trata de un cuaternario de amonio, compuesto que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, avaló contra el Covid-19.
ECOBICI
Aquí aplica un sistema muy parecido al Metro: personal interno limpia y una empresa externa sanitiza las seis mil 800 bicicletas del sistema. La jornada empieza cuando, una vez que las unidades son retiradas de las estaciones de anclaje, el personal de traslado las lleva a una estación, ubicada en la colonia Juárez, en donde se les da servicio a fondo.
Ahí las bicicletas son primero evaluadas por un equipo de mecánicos y el siguiente paso es limpiarlas, primero se les enjabona y luego dos trabajadores se colocan impermeables con gorro, se ponen guantes y tapabocas, reciben unos bitoques de líquido desinfectante, importado de Estados Unidos, y con el proceden a rociar las bicicletas.
Se les pone atención especial, en donde los ciclistas ponen los manos, como los manubrios, campanilla, palancas, frenos y bloqueadores. Por el momento, se entregan seis galones diarios aproximadamente a los aseadores de Ecobici para que dejen las bicicletas en buen estado y completamente desinfectadas.
METROBÚS Y RTP
Al abordar una unidad de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) se percibe un sólo aroma: cloro En Metrobús y la Red de Transporte de Pasajeros se sanitiza al inicio y conclusión de cada circuito. Aquí no hay personal externo, por lo que guantes, gel y cloro son el arma elegida. Incluso, los policías de las estaciones del Metrobús pronto ofrecerán gel antibacterial.
|| Con información de Manuel Cosme ||