En la colonia La Planta, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, hubo 130 casas que resultaron afectadas por el sismo del 19 de septiembre de 2017, de esas familias aún hay quienes viven en campamentos improvisados con lonas, hules, madera y cartón, y que se sienten más desprotegidos que nunca ante la llegada y expansión del Covid-19.
En esa zona hay una falla geológica, lo que hace que no sólo sea inhabitables sus casas sino que algunos de ellos deberán ser reubicados debido a los desplazamientos de tierra, grietas y hundimientos de más de 1.80 metros de profundidad. El gobierno de la ciudad, que debió primero hacer un censo y reorganizar la reconstrucción, aún no les tiene respuesta del lugar dónde tendrán su nueva vivienda.
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"Por el Covid-19 nos mandan a resguardarnos en nuestras casas, pero cuál casa, si vivimos en la calle", reclama el señor Hermilo Baltazar, dueño del predio ubicado en la calle de Andador, de las más afectadas por una grieta que cruza su inmueble y que lo hace inhabitable.
Durante la entrevista con este diario, el señor Baltazar Espinosa nos muestra la afectación que presenta su casa de dos niveles, claramente se observa la construcción echada hacia atrás con los cimientos desprendidos de un hoyo de más de un metro de profundidad.
Expone que debió acercarse a la agrupación Damnificados Unidos de la Ciudad de México porque nadie les hacía caso y no tenían ningún tipo de apoyo. Incluso han cambiado tres veces su campamento ante la fragilidad de vivir en casas de lona. Por el momento, sólo cuatro familias (13 personas en total) están en un predio desocupado en espacios que van de cuatro por tres metros y de cuatro por siete; a un lado se encuentra un baño que una empresa particular les construyó en forma de donación.
Explica que en las reuniones con el comisionado de la Reconstrucción, César Cravioto, éste les ha dicho que en el caso de las personas que deben ser reubicadas está negociando la compra de los predios, "pero que no nos dice dónde están porque se le puede caer la compra". Por ahora, las negociaciones se interrumpieron anter la contingencia sanitaria, sólo tienen la promesa de que les entregarán una vivienda de 65 metros construidos a fondo perdido.
Del campamento del señor Baltazar Espinosa nos trasladamos a la zona donde está viviendo doña Luisa Aguirre, fue el primer sitio donde la mayoría de los afectados se establecieron y que dejaron por inseguro; es una calle ancha por donde pasan vehículos grandes, incluidas las peseras que cruzan la colonia al igual que las pipas de agua que no cejan en su tarea de llevar el líquido a los vecinos.
En cuanto nos recibe la señora Luisa se le quiebra la voz ante la pregunta de qué espera de las autoridades: "Que me den mi casa, que me reubiquen, porque ya no se puede habitar mi casa... Todo el tiempo lloro, estoy triste, ahorita por ejemplo nos dicen que nos vayamos a nuestra casa a cuidarnos, cómo me cuido, es lona a los lados, no me puedo cuidar, luego me siento mal, es la tristeza, no tengo mi casita, estos días estoy muy sensible, estaba viviendo con mis hijos, pero todos ya se fueron, me dicen: 'mamá ya vente con nosotros', pero quiero mi casita, es lo que le pido a las autoridades que me den mi casa, yo soy una persona de la tercera edad".
Doña Luisa tiene 62 años de edad, apoyó a su esposo -quien falleció hace tiempo- en la construcción de su casa, ahí crecieron sus hijos. Actualmente vive sola, mientras uno de sus hijos y su nuera se encuentran a unos pasos habitando en las mismas condiciones. Sólo los divide un camión de redilas abandonado.
Mientras pasamos de un campamento a otro, nuestra guía, la señora Elisa Velasco, nos comenta que el problema que enfrentan los vecinos de la colonia La Planta es "una falla geológica que viene desde la Magdalena Mixhuca hasta Santa Catarina, tenemos varias grietas que pasan por la zona, que vienen de Xochimilco, y a parte aquí el problema es la extracción del agua, entonces entre que teníamos nuestras grietas, pero no estaban dañadas, sino que se dañaron por la extracción del agua, teníamos 36 pozos de extracción sobre Canal de Chlaco y Periférico, entonces eso provocó que el subsuelo con el sismo se dañara y se presentara este problema".
Nuestra última parada fue en la vivienda de la señora Cristina, su mamá tiene 80 años y previendo la seguridad familiar sus hermanos buscaron el lugar más seguro que encontraron: una caseta de vigilancia de la policía que en ese momento estaba abandonada.
Está en un pequeño camellón donde hay juegos infantiles. La caseta fue acondicionada junto con un cuarto hecho con láminas. Tienen servicio de baño y luz. Les advirtieron que no recibirían ayuda de renta hasta que desalojen la caseta.
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