El cuerpo de María José fue velado en una funeraria de la colonia Juárez y posteriormente fue llevado al Panteón Español, donde amigos y familiares le dieron el último adiós, en compañía de su madre Cassandra, también víctima del femincida de Iztacalco.
"Nos arrebataron la paz, la felicidad, el sueño de la manera más violenta posible, nuestra tranquilidad ha sido destruida, somos una familia rota y, lo peor, es que en nuestro país somos una de miles", declaró Ernesto Hoyuelo, pareja sentimental de Cassandra.
"Hemos tomado la decisión de proceder legalmente bajo todos los ámbitos viables, en contra de aquellos funcionarios públicos que por acción u omisión, sean responsables de que un violador y asesino, se haya mantenido en libertad", dijo.
Ante medios de comunicación, afuera de la funeraria, aseguró "no buscamos venganza, buscamos justicia, buscamos evitar que vuelva a suceder".
La mayoría de los asistentes acudieron vestidos de blanco, cuyo adorno principal fue un pollito amarillo que portaron en la ropa o en la cabeza, especialmente sus amigos, en señal de cariño a María José.
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A la adolescente de 17 años de edad, Miguel "N", le arrebató la vida el pasado 16 de abril, dentro de su casa después de abusar de ella sexualmente, para después intentar quitarle la vida a Cassandra, quien llegó cuando éste ya nada podía hacer por su hija.
Nota publicada en La Prensa