Alrededor de 332 personas de la Zona Metropolitana del Valle de México fueron desalojadas de las viviendas que alquilaban debido a que no pudieron pagar la renta, ya sea porque se quedaron sin trabajo o sus ingresos se vieron reducidos por la pandemia de Covid-19.
En entrevista, María Silvia Emanuelli, coordinadora de la oficina de Habitat International Coalition América Latina (HICAL), y Máximo Jaramillo, fundador y director Estudios sobre Desigualdad, señalaron que han contabilizado esos casos de marzo a diciembre de 2020, en donde los más afectados han sido los jóvenes.
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“En marzo de 2020 elaboramos una serie de planteamientos para el Gobierno federal y de la Ciudad de México, con el fin de alertar sobre los riesgos de la pandemia con relación al tema de la vivienda. En general hablábamos de renta, desalojos, de no cortar los servicios básicos esenciales, y la importancia de garantizar viviendas o refugio a personas con menos facilidades de permanecer en viviendas que no son suyas (de renta)”, indicó María Silvia.
Señaló que en un primer ejercicio de sondeo aplicado de marzo a mayo a mi 498 personas, se identificaron 256 personas que sufrieron desalojo en la capital y la zona metropolitana, debido a que no pudieron pagar la renta por reducción en el salario o por la pérdida del empleo. Y precisó que los más pobres son los más afectados, pues destinan alrededor de 61 por ciento de su salario para el pago de la renta.
“El Estado tiene la obligación de darles un refugio temporal mientras encuentran algo más estable, u ofrecer una vivienda.
Partes del mundo ofrecen albergues como medida de emergencia, posteriormente va la inversión en las políticas de vivienda. Es un llamado a los nuevos legisladores para crear una ley de emergencia, para tratar de hacer frente a la pandemia; una legislación para los derechos de arrendadores y arrendatarios”, indicó.
Señaló que se podría establecer un tope de renta durante cierto tiempo para que las personas enfrenten la crisis, o que no se permita el desalojo durante cierto tiempo a personas consideradas como vulnerables.
MILLENNIALS, LOS MÁS AFECTADOS
Máximo Jaramillo, fundador y director de Estudios sobre Desigualdad y Gatitos Contra la Desigualdad, señaló que por su parte contabilizaron 76 casos de desalojo en la Ciudad de México de agosto a diciembre del año pasado, y puntualizó que los más afectados son los millennials, en especial las mujeres (de 30 años o menos).
“En gran medida encontramos jóvenes, millennials, que justo tuvieron una disminución de ingresos porque estaban en empleos freelance y dejaron de llegar proyectos; o que trabajaban en un negocio o establecimiento y sus ingresos se disminuyeron”, contó Jaramillo a este diario.
Apuntó que aquellos que no pudieron lograr un acuerdo con el casero (baja en el precio, o plazos para pagar), hubo fuertes presiones para que se vieran obligados a salir del inmueble, como subir la renta o cortar ciertos servicios como luz y agua. En algunos casos, señaló, las personas salieron de la Ciudad de México y regresaron a sus lugares de origen.
En algún momento el Gobierno de la Ciudad de México señaló que analizaría la posibilidad de algún programa de apoyo para este sector; sin embargo, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, confirmó después que no se contaban con los recursos legales en la ciudad para poderlo hacer.
Paola Bibiana Enciso Casallas, arquitecta colombiana y profesora de asignatura de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, radicada en la Ciudad de México desde hace 20 años, contó a El Sol de México cómo desde octubre se quedó sin vivienda, pues debido a la pandemia la consultoría en donde trabajaba terminó con sus servicios y no pudo sostener la renta de 10 mil pesos mensuales.
“Tuve que dejar el departamento porque ya no podía pagar la renta. A parte de la UNAM, trabajaba en una consultora, soy especialista en vivienda y en cuestiones de sostenibilidad, sobre todo en el tema de agua y economía circular. La empresa decidió sacar a todo el personal desde marzo, tenía ahorros, y con esos logré sobrevivir hasta octubre, casi comiendo una vez al día”, indicó.
El edificio, que alberga 30 departamentos y que está ubicado en Monrovia 1016, Portales Sur, en la alcaldía Benito Juárez, se encuentra con una lona con la leyenda “se renta”. Ahí, el dueño sólo aceptó bajarle 400 pesos durante tres meses como ayuda ante la pandemia; sin embargo, asegura Paola Bobina, no le sirvió, por lo que tuvo que abandonar el inmueble en octubre, para pasar por dos casas de amigos que la alojaron para no quedarse en la calle.
“Me dedicaba a conseguir vivienda a los demás y ahora me quedé sin una. Mi interés es mostrar que no sólo las personas sin recursos están pasando mal la situación, sino que personas como yo, que tenían un nivel de vida, estudios y posibilidades, también nos quedamos sin casa y nos afectó la pandemia”, indicó Paola Bibiana, quien decidió regresar a su país de origen ante la falta de oportunidades