Grupos indígenas de la Ciudad de México se encuentra expuestos al Covid-19, lo cual ha sido la causa de muerte de al menos cuatro personas pertenecientes a una organización etnica con sede en Santo Tomás Ajusco, alcaldía de Tlalpan.
Lo anterior fue dado a conocer por Violeta Sánchez Sánchez, represente de la agrupación Atlaitan, que significa la Casa de las Lenguas Maternas, y quien informó que no han recibido atención médica ni hay quien los revise para que no se contagien de dicha enfermedad.
Por su parte, Aurora Valencia, quien forma parte de un colectivo de artesanos, aseguró que sí le dieron mil 500 pesos únicamente, a fin de que se regresara a su pueblo, que se ubica en la sierra de Oaxaca.
Las dos mujeres fueron entrevistadas ayer por separado sobre la situación grave que viven los indígenas en la capital amenazados por el Covid-19 y la pobreza en que viven se acentúa por la falta de ingresos y trabajo.
Ante esto, la representante de la organización Atlaitan, integrada por 471 personas aproximadamente, contó que el 30 de marzo recurrieron a solicitar un apoyo económico emergente a la Secretaría de los Pueblos y Comunidades Indígenas y que su pliego petitorio fue transferido a Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México y otras dependencias, pero al final los remitieron a la primera de esas instituciones.
Luego, fueron canalizadas a la Secretaría de Gobierno, donde un licenciado les pidió un padrón para saber quién quería despensa, seguro de desempleo, apoyos para madre soltera y microcréditos de seis y 10 mil pesos.
La lista de 471 personas inscritas se la entregaron al funcionario, pero él ni la Secretaría de los Pueblos y Comunidades Indígenas les han respondido y comentó que tiene otro padrón en espera con otros 200 o 300 peticionarios.
Agregó que los indígenas viven al día y si un día no trabajan al siguiente ya no comen y ahora con el Covid-19 mucha gente que se emplea como albañiles o hacen limpieza se han quedado sin trabajo.
De los fallecidos por esa enfermedad, explicó que dos eran hermanos y murieron sin recibir atención médica; los otros que perecieron eran mazatecos y uno de ellos entró al hospital por un mal renal, pero luego le avisaron a uno de sus familiares que tenía dicha enfermedad y en la noche se lo entregaron ya muerto.
“La verdad, la situación está muy complicada para nosotros y es de mucha tristeza, porque muchos de nosotros y nosotras, compañeras y compañeros, se han quedado sin trabajo, y la verdad nuestros hijos se están muriendo de hambre y es importante dar a conocer esto, porque las autoridades competentes no nos han hecho caso”, lamentó Sánchez Sánchez.