Los desastres naturales registrados en la Ciudad de México orillaron a que más de 15 mil personas cambiaran su domicilio entre 2015 y 2020, de acuerdo con datos del Censo de Población de este último año y que fueron citados por María Silvia Emanueli, representante de Habitat International Coalition.
La especialista participó en el seminario “Derecho y territorio: reflexiones en torno a los sismos y el orden urbano”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Al presentar su ponencia “Sismos, organización social y pobreza en la Ciudad de México”, detalló que de esa cifra de desplazados el 55 por ciento eran mujeres y alrededor de la mitad no solamente cambió de alcaldía, sino que salió de la ciudad a vivir en otras entidades federativas.
Planteó que las autoridades debieron preguntarse ¿por qué tantas personas se fueron de la ciudad?, aunque llamó a considerar también que la ciudad expulsa anualmente a 20 mil personas que están en pobreza y van a radicar a la periferia, porque mantienen su trabajo en la capital.
Recomendó que los desastres no sean vistos como un hecho natural, sino socialmente creado y mencionó que una de las prioridades del Marco de Sendai, el cual marca la adopción de medidas para reducir riesgos de desastre, es que la población tenga la información suficiente a la hora de adquirir una vivienda sobre los riesgos que hay en el lugar donde planea comprarla,
En su oportunidad, Alejandra Leal, catedrática de la UNAM, habló sobre los sismos en la historia contemporánea de la Ciudad de México y señaló que tras el terremoto de 1985 hubo cambios importantes en la capital, como la realización de elecciones democráticas, el avance de la cultura de la protección civil, el resquebrajamiento la credibilidad del régimen político y una movilización popular de los damnificados gracias a lo cual lograron la reconstrucción de sus casas en los lugares que habitaban.
También, afirmó que la ciudad central, que fue una de las zonas más afectadas durante el sismo de ese año, ha sufrido un boom inmobiliario atravesado por la corrupción.
Marisol Angle, investigadora del IIJ, presentó la ponencia “Ordenación territorial y reducción de riesgos de desastre”, opinó que los desastres no son naturales, sino socialmente construidos, porque prevalece la reacción a la hora de que ocurren, cuando es posible prevenir sus efectos, como el hacer una inspección periódica del estado de los inmuebles.
Finalmente, en el caso de que las personas opten por autoconstrucción, recomendó a las autoridades para acompañarlos y así dar seguridad a las familias.