Las posibilidades de que ocurra un movimiento telúrico con repercusiones graves y de más de cinco grados en la zona de Plateros y Mixcoac, donde recientemente hubo el descubrimiento de una falla geológica es latente, aunque poco probable, precisó Pablo Vera Sánchez, especialista del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El jefe del Departamento de Posgrado en la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Unidad Ticomán, sin embargo, recomendó a los vecinos de la zona revisar constantemente sus viviendas y las construcciones urbanas superficiales y subterráneas, como una forma de dar un seguimiento al comportamiento que presenten.
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Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportaron recientemente el hallazgo de esa falla que atraviesa colonias de las alcaldías Benito Juárez y Álvaro Obregón, cuya profundidad es de un kilómetro y 400 metros; pero hay otras identificadas en las zonas de Copilco, Mixhuca, Santa Catarina y San Lorenzo Tezonco.
Al respecto, el catedrático del IPN basó su opinión a que las placas en fricción bajo la capital del país no son de gran tamaño, como la Placa de Cocos, la cual está en contacto con la placa norteamericana y la energía que llegue a liberar, en caso de un movimiento brusco, no sería de mayores proporciones.
Los microsismos de esa área, añadió el especialista, no tienen su origen en la actividad humana, por ejemplo, la ampliación de la Línea 12 del Metro o las edificaciones de gran altura, ya que la cantidad de energía liberada por las mismas es muy menor, si se compara con la energía generada por las fallas geológicas.
Los microsismos percibidos en la Ciudad de México, explicó, en realidad obedecen a un mecanismo muy similar al de un sismo de mayor magnitud: una fricción entre bloques de la corteza terrestre.
“Estamos ubicados dentro de una provincia geológica donde la actividad tectónica es considerable y que está también afectada por la actividad sísmica del Pacífico, entre otras; entonces tenemos, fichas de dominó: cuando estamos haciendo la sopa de las fichas de dominó, se friccionan unas con otras y cambian de posición, esta fricción entre las fichas, digamos, es las que genera esta actividad”, argumentó Vera Sánchez.
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Por eso, continuó, los microsismos ahí son de corta duración, de muy baja magnitud, de menos de cuatro grados, y poca profundidad, por lo que los habitantes de las zonas afectadas los sienten como un brinco, una sacudida muy corta e intensa.
Finalmente, consideró necesario seguir las investigaciones en la falla de Plateros Mixcoac para conocer sus características geométricas, a fin de entender sus implicaciones.