En México, sólo 12 por ciento de las botellas de vidrio se reciclan de los tres millones de toneladas que se producen anualmente, es por ello que la organización Cerrando el ciclo comenzó la tarea de reutilizarlas a través de artesanías, pero lo más importante, a capacitar a mujeres que se decidieran a emprender con este tipo de material.
En entrevista con El Sol de México, el fundador y director de este proyecto, José Luis Pérez González, señala que de la producción de vidrio en el país se están generando dos graves problemas: “Uno, es que estamos reciclando muy poco de todo el vidrio que se fabrica, pero la otra creo también muy importante que es un tema de salud, porque según la Profeco, cuatro de cada 10 botellas de destilado que se venden en México son apócrifas, porque hay gente que se dedica a acopiar estas botellas de ciertas marcas para rellenarlas y volverlas a introducir al mercado.
“Esos son los problemas fuertes que hay en nuestro país y que nosotros con este proyecto buscamos darle una salida. Lo que hacemos es capacitar a mujeres, nosotros tenemos nuestra fundación para que se vuelvan emprendedoras del reciclaje para que puedan, a través del reciclaje de vidrio, tener una forma de autoempleo o una forma de generar recursos para ellas y sus familias.
Cerrando el Ciclo en este momento tiene a 15 mujeres trabajando en la elaboración de estos productos artesanales en su taller ubicado en la calle de Lago La Doga 38, en Nezahualcóyotl, Estado de México.
Ahí conocimos a Rocío, la jefa del taller, quien comenta que nunca había trabajado antes, pues se dedicó a atender a sus hijos hasta que fueron independientes y a los 46 años tuvo la necesidad de hacer una actividad y encontró el taller.
Relata que una vez concluida la capacitación una amiga que trabajaba en la fundación la invitó a laborar en el taller, dice al principio se negó porque le daba miedo salirse de su zona de confort, pero finalmente accedió con la advertencia a sus nuevos jefes: “honestamente yo no he trabajado, no sé qué capacidad tenga para hacerlo, si funciono bien, si me gusta me quedo y si no, también les daré las gracias”.
“Les agradezco a mis jefes porque desde un principio me dieron la confianza y me dieron la tarea grande de dirigir algo.
Lo más que dirigía era a los hijos y eso a veces ni siquiera me salía bien. Y así empecé, en el área de cortadoras y ya estoy avanzando, estoy casi dirigiendo el taller, y ya estoy más enfocada en joyería.
“Me siento bien, me siento contenta porque superé miedos, el de atender una responsabilidad, es mucha responsabilidad atender un taller, y ser independiente económicamente, que es algo importante para mí, porque yo dependía económicamente de alguien más. Antes no estaba limitada, yo podía hacer lo que quería y ahorita sigo igual, pero con mis propios medios. Mis hijos y mis hermanos están orgullosos de mí.
José Luis Pérez, el fundador de esta asociación civil, explica que reciben donaciones, pero también autogeneran recursos con las piezas que moldan sus artesanas. “Nosotros tenemos varias alternativas, uno, quien tiene ganas de conocer de integrarse y que son personas que les gustan las manualidades e integrarlas a nuestro equipo; dos, aquellas chicas que quieren emprender, y ellas generan productos, una vez que ya pasaron la capacitación las motivamos a que hagan productos más de diseño, con más posibilidad de venta y estos productos los ponemos nosotros en nuestros canales, por ejemplo tiendas físicas, tenemos una en Coahuila 189, Colonia Roma, y tenemos otra en Hidalgo 47, en el Centro de Querétaro”.
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