La disputa que tienen el gobierno central y la alcaldía Cuauhtémoc para renovar Plaza Garibaldi mantiene a esa zona turística con obras sin concluir y otras sin comenzar.
La última vez que Garibaldi tuvo mantenimiento mayor fue en 2010, cuando el Gobierno de la Ciudad de México inició la construcción del Museo del Tequila y cambió el piso de la plaza. Más de una década después, el gobierno central y el de la alcaldía donde está ubicada tienen un conflicto porque ambos quieren restaurarla.
Te puede interesar: Planean mejorar la imagen de Garibaldi
Así, el territorio se divide entre los trabajos de la alcaldía, suspendidos por falta de permisos, y los proyectos que pretende realizar el gobierno central. Y se destrabarán hasta el próximo año porque noviembre y diciembre son meses de mucho trabajo para la zona.
En medio de la disputa están los comerciantes. En espera de las obras anunciadas por ambos gobiernos, solicitaron el cambio de piso de la plaza debido a que ya tiene desgaste en varias áreas, por lo que requieren su renovación completa.
Raziel González del Ángel, quien desde hace 12 años representa al comercio establecido y a los locatarios, así como a algunos vendedores en la vía pública, aseguró que desde la primera renovación de Garibaldi no usaron un material adecuado, pues actualmente no hay sitio en el que el piso esté en buen estado.
Las malas condiciones del piso también provocaron filtraciones en el estacionamiento subterráneo de Garibaldi, administrado por la empresa Desarrolladora de Estacionamientos.
“Nosotros sabemos que hay varios proyectos para atender la plaza; sin embargo, no queremos quedar en medio de una discusión administrativa. No sabemos a quién le corresponda, no vamos a pedir que lo haga una autoridad, sino que la autoridad competente y la que tenga los recursos nos arregle el piso”, señaló en entrevista con El Sol de México.
Garibaldi no puede tener obras de rehabilitación sin antes obtener el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ya que es un área de conservación patrimonial de la Ciudad de México donde aplican normas y restricciones específicas para salvaguardar su fisonomía.
El 31 de mayo la alcaldesa Sandra Cuevas, en compañía de trabajadores, anunció que se ponía en marcha la reconstrucción. A golpe de marro, zapapico, barreta y palas los trabajadores de Cuauhtémoc rompieron una parte del piso.
Luego el Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (Invea) inspeccionó y suspendió los trabajos pues la empresa constructora no mostró los permisos solicitados, especialmente el aval del INAH.
Por esta razón, el 13 de junio la Autoridad del Centro Histórico presentó una denuncia ante la Contraloría General de la Ciudad de México, en contra de la alcaldesa de Cuauhtémoc.
La Autoridad del Centro Histórico informó a este diario que hasta la fecha las obras no han sido retomadas por el gobierno de Cuauhtémoc. Aunque la alcaldía presentó un proyecto ejecutivo para los trabajos que realizaría, tanto el Invea como el INAH determinaron que le faltan muchas especificaciones técnicas, y actualmente el documento está detenido por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), hasta que subsanen todas las deficiencias.
En cuanto a la rehabilitación de la plaza a cargo de la administración local, la Secretaría de Gobierno informó que está en desarrollo el Proyecto Ejecutivo de Intervención para mejorar Plaza Garibaldi, que realizan con la Seduvi, el Fideicomiso del Centro Histórico y la Secretaría de Obras y Servicios local.
Una fuente adelantó a este diario que las obras iniciarán en 2023, ya que en Día de Muertos arranca una de las temporadas en las que incrementa la cantidad de visitantes a la ciudad, y uno de los puntos turísticos es la Plaza Garibaldi.