Dentro del Zoológico de Chapultepec hay quienes piensan que la realidad está cercana a lo planteado en Jurassic Park, pues así lo demuestra su banco de semen o tejido ovárico animal que está a -190 grados centígrados y que, si llegara a necesitarse, podría usarse para clonar especies.
Desde hace 13 años, el lugar cuenta con un Laboratorio de Genética de la Conservación y Biobanco de Tejidos y Germoplasma, el cual no sólo es el más grande de México, sino que fue de los primeros en su tipo en América Latina.
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El sitio, también llamado Zoológico Congelado, alberga en contenedores especiales más de mil 300 muestras de 30 especies como el tigre, el lobo mexicano y el panda gigante. Aquí resguardan tejido ovárico y semen de los ejemplares del zoológico en pajillas, los cuales son congelados con nitrógeno líquido para pausar el metabolismo de las células recolectadas.
“No está tan alejado de Jurassic Park cuando sacan y sale todo el humo (por la congelación). Es exactamente lo que pasa acá.
“Así se mantienen las muestras durante un período indeterminado, pues tienen la finalidad de que en algún momento sean utilizadas para hacer inseminaciones artificiales o alguna otra biotecnología reproductiva en el país”, dijo a El Sol de México el enlace de Programas de Reproducción Animal de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, Antonio Sandoval.
El experto destacó que el Zoológico Congelado tiene por objetivo conocer más a fondo sobre las especies y conservar a las especies amenazadas o en peligro de extinción, así como a aquellas, que, en un futuro lo puedan estar.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, gracias al trabajo que en este lugar se lleva a cabo, instituciones nacionales y estadounidenses trabajan en la conservación del lobo mexicano. Por ello en Chapultepec se logró la primera inseminación artificial de ese animal.
Gracias a las investigaciones que se llevan a cabo aquí, comentó Antonio Sandoval, se amplía el conocimiento de los procesos fisiológicos de las especies, por ejemplo, la respiración, la digestión, el sistema nervioso, el funcionamiento de los órganos, la regulación de la temperatura, entre otros.
“Los zoológicos nos ayudan a conocer fisiológicamente (a los animales) y pensar en cómo conservar esas especies, porque no podemos decir: ‘queremos conservar las especies nada más manteniéndolas en un solo lugar sin meter la mano’, porque en ese momento lo único que estamos haciendo es destinarnos a que se vayan a la extinción. Tenemos que conocer para implementar técnicas biotecnología reproductivas”, comentó Antonio Sandoval.
El director de Zoológicos de la Ciudad de México, Fernando Gual Sill, mencionó a este diario que, de requerirse, el material también podría ser utilizado para clonar, recuperar o incrementar el número de ejemplares de una especie.
Salud y conservación
El Zoológico de Chapultepec también cuenta con su laboratorio de genómica, del cual es responsable la médica veterinaria zootecnista, Blanca Valladares, y el cual tiene por objetivos la conservación de especies y la salud animal.
En entrevista, la experta mencionó que en el sitio son llevadas a cabo distintas pruebas, por ejemplo, para determinar el sexo de especies que no presentan una diferencia sexual, como en las aves. Esto se hace con pequeñas muestras de sangre.
También identifican, diagnostican y monitorean enfermedades infecciosas, mediante el análisis de muestras según el agente infeccioso a estudiar, como de sangre o tejidos. Esto permite ayudar a otras instituciones zoológicas o académicas para contar con acciones de prevención o de tratamiento.
“Estas dos líneas convergen en un mismo punto: mejorar los programas de conservación. Desarrollar toda esta tecnología al final siempre es en pro de esta conservación y del bienestar de los ejemplares”, mencionó.
Los científicos del Zoológico de Chapultepec mantienen colaboraciones con distintas instituciones como Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, lo que ayuda a generar tecnologías para la detección de enfermedades en fauna silvestre.
Blanca Valladares destacó también que instituciones educativas han pedido apoyo para ellas desarrollar pruebas diagnósticas para determinados patógenos.
“La idea de esto o generar toda esta tecnología es justo apoyar a otras instituciones para que también hagan monitoreos realicen diagnósticos y se genera información, que nos puede hablar sobre las dinámicas de estas enfermedades con ciertas especies, cómo se están comportando estos agentes patógenos en un medio silvestre, cómo han evolucionado con ciertas especies silvestres.
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“Va más allá de solamente una prueba. Aunque puede ser que parezca algo mínimo, al final, todos sumamos un esfuerzo por el bienestar y por la conservación de estas especies”, dijo.