México.- Los andenes de la línea 1 del Metrobús están abarrotados, a las ocho y media de la mañana, las mujeres ubicadas en el área designada se miran nerviosas, saben que al siguiente convoy subirán solo unas cuantas, pero todas llevan prisa.
El rojo vehículo llega al anden, “Uy ya viene lleno”, murmura enojada una mujer llena de bolsas, todas comienzan a rebasar la línea de seguridad amarilla, intentarán subir como puedan y habrá alguna que pida que amablemente la empujen para poder subir de cualquier manera.
Por esas horas, desde Indios Verdes hasta después de la Glorieta de Insurgentes todos los vehículos vienen llenos, unos más, unos menos, pero la cercanía de una persona con la otra es de pocos centímetros, las que ya saben los menesteres del transporte, anticipan a empellones su bajada desde dos o tres estaciones antes, las que no, gritan desesperadas para descender con pocas esperanzas de lograrlo.
Entre esas últimas, comenta una de las mujeres que al parecer es experta en las particularidades del Metrobús, existe un grupo de mujeres que extrae con astucia los teléfonos celulares y pertenencias de las confusas mujeres, primero viene un golpe fuerte y un “¿me dejas pasar?” y luego un tirón, en medio de la confusión y del enojo, estas maestras de lo ajeno sacan rápido lo que pueden de las bolsas y salen corriendo.
“A veces se suben con una niña chiquita, como de ocho años, y dicen así, que van a bajar y te empujan, uno con el enojo del empujón se distrae y es ahí cuando te roban tus cosas”, comenta la experta luego de empujar y defenderse de una mujer de mala pinta que itentaba bajar con desesperación y a empellones en la estación Buenavista.
De acuerdo con información estadística de incidencia delictiva en la capital mexicana elaborados por la Dirección General de Política y Estadística Criminal, de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, de enero a octubre del año pasado, se reportó el robo de 10 mil 762 teléfonos celulares, con un promedio de poco más de 35 dispositivos robados cada día.
Además, durante dicho lapso se reportaron dos mil 897 robos de diferentes pertenencias en el transporte público, al considerar metrobús, metro, microbuses y tren ligero, por mencionar algunos, cada día, en el transporte se observó una media de 9.5 robos, tan solo en el metrobús, en ese periodo de tiempo, fueron declarados 294, con poco menos de un robo registrado por día.
Sin embargo, dichas cifras dan cuenta solo de aquellos casos en los que el robo fue reportado, por lo que las estimaciones podrían variar debido a que en muchas ocasiones, por ahorrarse trámites y tiempo en los ministerios públicos, las personas no denuncian.
Para el caso de robo de celulares, y ante la impotencia por la velocidad de los amantes de lo ajeno, una de las maneras de dejar sin vida a un teléfono celular robado, es mediante el Código de identidad de fabricación del equipo (IMEI por sus siglas en inglés: International Mobile Equipment Identity), cada dispositivo lo tiene y es único, por lo que es equiparable con la huella digital de las personas.
De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), es recomendable guardar el código IMEI del dispositivo móvil en un lugar seguro para que en caso de extravío o robo se pueda reportar y desactivar para evitar su uso posterior.
En caso de sufrir un robo o extravío del teléfono celular, será necesario proporcionar el código IMEI a la compañía de celular que corresponda para de esta manera evitar que el equipo sea reactivado, flexeado o usado en actos delictivos.
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