Aun cuando la ampliación de la Línea 12 conectará por completo el oriente con el poniente de la Ciudad de México, la construcción no ha sido positiva para todos, pues vecinos de la colonia Primera Victoria, en Álvaro Obregón –una de las 11 por donde pasará esta ruta- han visto cómo las obras embisten sus casas.
Con mapa en mano, la vecina Lorena Mora cuenta a El Sol de México que hasta ahora se han censado 160 viviendas con daños de diversos grados. Dos han sido demoliciones, otros dos inmuebles se expropiaron, 136 tienen fisuras en muros y 20 están en proceso de recimentación pues las obras de la línea dorada afectaron los cimientos.
En un recorrido se constató que hay un ir y venir de trabajadores cargando varillas, camiones entrando con tierra y saliendo con escombro, cascajo afuera de los domicilios, viviendas apuntaladas.
Todo esto ha trastocado la vida diaria en la Primera Victoria. Ni los sismos dejaron este daño, es la idea que predomina entre los habitantes.
Los trabajos de recimentación, explicó Lorena Mora, consisten en que se excava hasta llegar a suelo firme, luego se rellena con tepetate, se compacta el terreno, se refuerzan los cimientos, se coloca una trabe en toda la planta, se instala un envarillado a manera de losa y finalmente se hacen los acabados.
La escena es de miedo ya que, viviendas que tienen dos, tres y hasta cuatro pisos –y se mantienen habitadas y amuebladas- están sostenidas por polines de madera mientras los trabajadores de la construcción hacen la recimentación.
Dependiendo el daño estos trabajos –iniciados en octubre- tardan desde uno hasta cuatro meses.
“Es preocupante porque aquí vivimos, tengo jóvenes, tengo una niña de seis años, es muy difícil y peligroso estar entrando aquí con toda esta obra. Nos habían dejado sin apuntalar toda la casa”, contó una de las vecinas cuya casa está en proceso de recimentación y estaría terminada en marzo.
Encima de eso, con el cambio de gobierno se prendieron focos de alarma entre los vecinos ya que, contaron, las nuevas autoridades de la Secretaría de Obras pretendieron desconocer los acuerdos alcanzados con la pasada administración, a lo cual la colonia se opuso pues, dijo Lorena, sería como volver a empezar desde cero.
“Nosotros ya teníamos reuniones con el secretario de Obras (del gobierno pasado), después no nos querían dar mesa (en el nuevo gobierno). Nos citaron en la Dirección de Obras y el trato fue muy malo y no estaba el director, lo que hicimos fue manifestarnos y de esa manera fue que presionamos para que nos volvieran a dar mesa”, dice Lorena.
Además de afectados, los vecinos han tenido que hacer el papel de supervisores ya que han detectado intenciones de los trabajadores de meter varilla oxidada y tepetate contaminado con piedras y cascajo en las recimentaciones.
“Desde octubre no había supervisión, apenas entró, pero no vemos mucha diferencia, no están supervisando como debe de ser. La verdad sí ha sido muy desgastante estar viendo que cumplan, ver cómo están nuestras casas”, dice Lorena.
Tras recorrer una decena de casas dañadas, entre cúmulos de cascajo, varillas y camiones, se le pregunta a Lorena sobre cómo impactó el cambio de gobierno, a lo que responde: “en lo personal lo que he observado es que no ha sido una mejor atención de la que teníamos antes, para darnos una mesa tuvimos que hacer movilización”.
“No se querían sentar las autoridades nuevas desde antes de que terminara el anterior gobierno. Se los pedimos para que les dieran los antecedentes y nunca se pudo lograr que se sentaran con nosotros y cuando entraron lo que pasó fue que no nos querían atender, pareciera que estamos regresando al principio”, cierra.
La ampliación de la Línea 12, de Mixcoac a Observatorio, tiene una inversión superior a los ocho mil millones de pesos. Consiste en la construcción de 4.6 kilómetros de túnel, con dos estaciones nuevas (Valentín Campa y Álvaro Obregón) y la terminal.
Incluso su embestida alcanzará a una parte de la sede de la alcaldía y el sakatepark Templo Mayor.