A partir del próximo año el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) iniciará con el cierre de pozos y sus plantas potabilizadores como resultado de la sectorización de la red de agua potable, uno de los proyectos prioritarios del gobierno de Claudia Sheinbaum en materia hídrica y que en toda la administración significará una inversión de dos mil 196 millones de pesos.
El titular del Sacmex, Rafael Carmona informó durante un foro organizado por la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC) que en 2021 se cerrarán los primeros 10 pozos de extracción de agua de los 50 programados para parar en este sexenio. Uno de los motivos es porque han causado hundimientos diferenciales, principalmente en el oriente de la capital, y porque el agua que generan es de mala calidad.
En un mapa que presentó Carmona Paredes se aprecia la ubicación aproximada de 16 pozos que producen agua de mala calidad y que resultan perjudiciales también por su generación de hundimientos. Dos están en la alcaldía Gustavo A. Madero; uno en Iztacalco; nueve en Iztapalapa, tres en Tláhuac y uno en Milpa Alta. Es decir, toda la franja oriente, de norte a sur, de la capital.
De acuerdo con la información presentada por el funcionario, en 2019 se habilitaron 97 de los 830 sectores hidrométricos que abarca el programa de sectorización de la red de agua. Este año se trabaja en 171 sectores; para el próximo serán 254 sectores; en 2022 se hará lo propio con 212, en 2023 con 49 y en el último año de gobierno se habilitarán los últimos 47 sectores.
En 2019 la inversión para la sectorización fue de 287 millones de pesos y este año se presupuestaron 423 millones de pesos. Para el próximo año se tiene programado invertir 655 millones de pesos; para el 2022 serían 550 millones de pesos; para el 2023 se estiman 143 millones de pesos y para el último año de la presente administración se cerraría con una inversión de 138 millones de pesos.
El plan de sectorización consiste en dividir la red de agua en zonas aisladas hidráulicamente, lo que permitirá medir caudales de entrada en cada sector, mejorar la distribución de agua potable, controlar presiones en la red de cada sector, identificar sectores con mayores problemas de fugas y dirigir los esfuerzos de reparación de fugas a esos sectores y priorizar reparaciones en red de distribución por eficiencia del sector.