Para el próximo 1 de enero entrará en vigor la prohibición de comercializar, distribuir o entregar productos plástico o de unicel de un solo uso, como son vasos, cucharas, cuchillos, tenedores, platos y charolas para transportar alimentos, establecida en la Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México.
Esta medida es parte del proyecto que tiene el gobierno de Claudia Sheinbaum de disminuir las más de 13 mil toneladas de basura procedente de productos plásticos y de unicel, por ello a partir del 1 de enero de 2020 se prohibió la entrega de bolsas de plástico en supermercados y establecimientos mercantiles para la transportación de mercancía y un año después se hará lo mismo con aquellos objetos de un solo uso.
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La sanción para aquellos que incumplan será de 500 a dos mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UNA, 86.88 pesos), es decir, de 43 mil 400 a 173 mil 760 pesos. Estos costos variarán dependiendo del incremento que se dé el próximo año a la UMA.
Sin embargo, ante la pandemia provocada por el Covid-19 las autoridades capitalinas publicaron en la Gaceta Oficial el 3 de marzo modificaciones a dicha norma que por razones de “inocuidad, salud, salubridad y sanidad se permite el uso de bolsas plásticas”, mismas que han sido utilizadas para desechar los residuos de artículos de uso médico, así como residuos de casa de personas enfermas de Covid-19.
En los primeros meses del año, este diario realizó recorridos para verificar si las tiendas acataban esta medida y constató que en las tiendas de autoservicio y plazas comerciales se dejaron de entregar las bolsas de plástico, pero no fue así en tianguis, mercados y pequeños negocios.
Hasta antes de que se decretara la contingencia sanitaria en la última semana de marzo, el Instituto de Verificación Administrativa visitó locales comerciales y sólo se dedicó a apercibir aquellos negocios que no cumplían con la norma, “antes de sancionar”, como lo pidió la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.
Pero aún la última palabra aún no está dada, ya que el Covid-19 vino a darle un segundo aire al uso de productos desechables.
Para la economista ambiental, Alejandra Ramos Jaime, promotora del movimiento #LaSoluciónSoyYo, el problema no es el plástico o el unicel, “son todos nuestros residuos terminando indiscriminadamente en las calles, en el medio ambiente, en tiraderos a cielo abierto; mientras 87 por ciento de los destinos de disposición final de residuos son tiraderos a cielo abierto y más de 16 mil toneladas quedan sin recolección diariamente, hay aún personas que quieren convencernos que son los plásticos los culpables de lo que en el fondo saben que es un problema que no están interesados en evidenciar o resolver”.
En entrevista con El Sol de México propuso: Todos, ciudadanos, iniciativa privada y gobierno deben ser responsables en cuestión de residuos y establecer en las leyes sanciones para aquellas personas que no lo cumplan.
Ejemplificó: “El primer propietario de una botella de agua es el fabricante mientras elabora su producto, pero una vez que ya lo vendió al comerciante o a un cliente, transfiere la propiedad del producto y con ello la responsabilidad hacia ese cliente consumidor.
“Nosotros cuando vamos a la tienda y compramos una botella de agua, estamos adquiriendo la propiedad, la responsabilidad es buscar un bote de basura o de aprovecharlo de manera eficiente y una vez que nosotros entregamos nuestros residuos a un camión recolector, pero dejamos nuestros residuos en un bote en la calle, el gobierno tiene la obligación de recolectar esos residuos, administrarlos y disponerlos de forma eficiente. Entonces el gobierno adquiere esa responsabilidad, si cada quien hiciéramos esa parte donde somos propietarios de forma eficiente, de forma responsable, este problema sería otro”.
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