La estatua de Cristóbal Colón regresará el próximo año a las calles de la Ciudad de México, aunque no a su hogar habitual, pues su restauración terminará durante el primer semestre de 2022.
Esta semana, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que el monumento será colocado en un parque de la alcaldía Miguel Hidalgo; sin embargo, aún no es trasladado pues la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural le realiza mantenimiento.
En entrevista con El Sol de México, Diego Jáuregi, el restaurador encargado de la intervención directa de la estatua y cuatro piezas más que la acompañaban, aseguró que tienen contemplado terminar en esa fecha a más tardar y detalló los avances que han logrado.
“Se habilitó un espacio de trabajo específico porque las piezas son de gran formato. Son grandes, entonces se habilitó el espacio especial para tenerlas y ejecutar los tratamientos sin que estuvieran expuestas al medio ambiente, la lluvia.
“Te voy a decir los que ya se han ejecutado en distintos porcentajes en las diferentes piezas: limpieza mecánica superficial, que es retirar toda la suciedad poco adherida; la limpieza acuosa, que es para retirar la masa adherida; la eliminación de grafiti, pues presentaban en aproximadamente 25 por ciento de la superficie manchas de pintura; la eliminación de recubrimiento previos que son las capas de cera y barnices que le fueron colocando durante todo el tiempo y en eso también hemos estado trabajando.
“Hemos hecho aplicación puntual de pátina (material de recubrimiento) donde la había perdido por limpiezas inadecuadas que pudieron suceder en algún momento, las piezas tienen casi 150 años, ha sufrido diferentes tratamientos a través de la historia”, dijo a este diario.
Además de Colón, también trabajan en cuatro piezas más que lo acompañaron en la glorieta de Reforma. Las figuras de los frailes Bartolomé de las Casas, Diego Dehesa, Antonio de Marchena y Pedro de Gante también están bajo restauración.
También se han hecho algunos análisis de materiales y otros estudios, de carácter histórico, para ver quiénes son estos personajes y lo que representan.
“No tenemos un cronograma muy rígido por el programa de trabajo, por las características del equipo de trabajo que tenemos, somos cinco y siete personas, según disponibilidad de personal en la coordinación que pueda dedicarse a estos trabajos, todos somos restauradores y estamos dirigidos a ejecutar estos tratamientos
“Sin embargo a pesar de que se trata de un proyecto prioritario, como tenemos otras actividades en paralelo, esto hace que de repente podamos dedicar más o menos tiempo a la intervención de las esculturas lo que hace difícil establecer un programa rígido”, agregó Jáuregui.
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Entre los pendientes de este proyecto está una segunda limpieza acuosa, la reposición de algunos elementos de las piezas que se han robado a través de los 150 años que han estado en la calle y la colocación de capas de protección.
“Una vez que se les hayan retirado los materiales ajenos, la suciedad, los grafitis, las capas envejecidas de ceras y barnices, sí es necesario colocarles un recubrimiento que protege al metal de la intemperie para evitar que se corroa y transforme sobre todo en un sentido visual, porque el bronce en estas condiciones normales no se destruye pero sí puede cambiar su apariencia, entonces les colocamos materiales para evitar esta degradación que nosotros denominamos capas de protección,”, agregó el restaurador.