La directora del Consejo de Evaluación para el Desarrollo Social de la Ciudad de México (Evalua), Araceli Damián, criticó los parámetros que utiliza el El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) para medir los índices de pobreza, ya que para este último organismo quienes ganan el salario mínimo sí les alcanza para vivir, cuando en realidad están en el rango de la pobreza.
Los resultados de la encuesta que aplicará Evalua durante el próximo mes servirá para que los alcaldes tengan más información sobre las carencias que hay en las jurisdicciones a su cargo, a fin de mejorar los planes de atención a los grupos vulnerables, afirmó Damián González.
En su oportunidad, Edith Pacheco, catedrática del Colegio de México, afirmó que los estudios de ese organismo local le servirán a la administración capitalina para que tomen conciencia de todas las necesidades no satisfechas y avance en la dirección de los programas que pueden resolverlas.
DISTINTOS
Durante entrevistas por separado, mencionaron las diferencias para medir la pobreza entre ambas instituciones y sostuvieron que la que se aplica en la Ciudad de México es más precisa, porque se basa en el Método de Medición Integrada de Pobreza (MMIP).
La titular de Evalua dijo que la medición de ese organismo local será más profunda en términos de las carencias de los hogares, por un lado; y por el otro, se le harán preguntas sobre la subjetividad, si se sienten satisfechos con su vida, sus expectativas con su entorno, trabajo y familia.
“Los umbrales de satisfacción que establece Coneval están muy por debajo de lo que en cualquier ciudad en el país se requiere para vivir de manera austera, pero con cierta dignidad”, diferenció Damián González.
Por ejemplo, mencionó que Coneval considera que en 2018 una persona podía vivir con menos de 100 pesos diarios, 98, y eso significa tener para el desayuno, comida y cena, así como transporte, vivienda, muebles y todo lo que se necesita en los hogares. “Imagínate, es imposible”.
En cambio, Evalua tiene una línea de pobreza un poco más elevada, 160 pesos, aunque opinó que tampoco significa que alguien pueda vivir con lujos con eso, pero sí con el mínimo necesario.