Gimnasios de zonas populares, los más afectados por la pandemia

Para que puedan reabrir sus puertas, deberán aceptar sólo al 30 por ciento de su clientela

Cecilia Nava | El Sol de México

  · lunes 21 de septiembre de 2020

Hoy podrán abrir los gimnasios bajo ciertas restricciones / Foto: Cuartoscuro

Los espacios que se ofertan como gimnasios en zonas populares son quienes enfrentan el mayor reto para su reapertura luego de casi seis meses cerrados para evitar contagios por Covid-19.

Bemora Jhatdhul Montiel, director general del Gremio Fitness Nacional México, estimó que serán estos autonombrados estudios quienes no cuentan con las herramientas para acatar las medidas sanitarias impuestas por el gobierno capitalino para poder retomar las labores.

"Desgraciadamente existen seudo gimnasio o studios que no tienen el espacio suficiente para tener activas a más de 30 personas. Pero esto lo ves en zonas populares, lugares de 30 metros cuadrados que encierran a más de 20 personas", cuenta a este diario.

Para que puedan reabrir sus puertas, deberán aceptar sólo al 30 por ciento de su clientela -así como lo hacen ya los restaurantes y cines- y tendrán que ejercitarse en una hora máximo pues es es el tiempo de estancia que le ha permitido el gobierno.

Además sólo podrán atender por cita y está restringido el ejercicio de contacto o clases grupales, es así que los salones de zumba, kickboxing y otras actividades en grupo no se podrán realizar. Tampoco se abrirán los saunas y baños de vapor, además de que se deberá usar el cubrebocas en todo momento, mientras no interfiera con la actividad física.

Ya dentro de los gimnasios no se podrán compartir botellas de agua, toallas ni otros objetos. Tampoco estará permitida la operación de bebederos, además de que el mobiliario y equipamiento debe acomodarse para garantizar mínimo 2 metros de distancia entre usuarios. En caso de que no se pueda reacomodar, deberán señalarse las máquinas y equipo que permanecerán inhabilitados.

Las nuevas medidas también afectan a los instructores pues se sugiere que tengan horarios escalonados de trabajo. "A final de cuentas, todos están mal, tanto empleados como dueños puesto que no llega la gente y hay que pagar a los instructores o en su caso, fraccionar sus horas de trabajo. Eso no les conviene", afirma Montiel.



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