Habitantes de Coyoacán continúan a la espera de ayuda

La ayuda por parte de la sociedad civil tampoco ha llegado, por considerar que son personas con recursos económicos

Por Mónica Villanueva

  · lunes 9 de octubre de 2017

Cintas de precaución, ventanas sin vidrios apenas se aprecian, el interior cuenta otra historia / Foto: Mónica Villanueva

Han pasado 20 días del sismo y los habitantes de los 40 departamentos del inmueble ubicado en Pacífico 223, Colonia el Rosedal, siguen esperando a que autoridades acudan a hacer un peritaje adecuado y concluyente que les permita, cuando menos ver la posibilidad de rescatar algunas pertenencias.

Pero no sólo eso, los vecinos viven una situación precaria, se han quedado sin nada, y poca ayuda han recibido, la razón: como se les considera dentro de la “pequeña” burguesía de la delegación Coyoacán los centros de acopio cercanos creen que no requieren de más.

Es la otra cara de la crisis del sismo que a muchos no les importa, pero las condiciones entre los damnificados que tenían poco y ellos se ha equilibrado, ahora ambos se quedaron sin nada.

A punto del derrumbe

Una mujer corre cuando ve que se acerca un camión y le hace señas con las manos, le pide que baje la velocidad. “Nancy”, como luego que pidió no se difundiera su nombre real, busca que su hogar no se derrumbe, pues cada vez que pasa una unidad pesada el inmueble se cimbra.

Enseguida uno ve metros y metros de cinta amarilla y roja, al principio la mirada no advierte mucho, pero es cuestión de fijarse unos segundos. El edificio no se ve cuarteado, pero en su colindancia con el inmueble de la derecha se ve una separación que claramente fue provocada por el sismo.

“Nancy” entonces dice a El Sol de México que hay un video del interior. Al buscarlo los daños dan terror.

En video inicia en las escaleras, en el muro del primer descaso hay un derrumbe, se ven los ladrillos rojos, mangueras rojas que salieron de su lugar, escombros, partes de los castillos. Afuera se ha hecho un precario campamento, con un par de mesas, unas sillas y unas lonas, en no más de 4 metros por 2 metros. Ahí los vecinos se turnan para hacer guardias.

Un par de policías los apoyan en la vigilancia, así como otras dos personas de la delegación Coyoacán están al pendiente de las necesidades.

Invisibles

“Nancy” no quiere decir su nombre, han acordado con los vecinos no dar declaraciones sobre el inmueble, pero ella cuenta su propia experiencia entre tristeza, rabia y reclamos.

Afirma que se han quedado sin nada, que a ella y a su familia (esposo e hijos), los han recibido unos familiares, pero que la situación es incómoda. “No tenemos nada”.

Los centros de acopio no los apoyan, reclama, ni una despensa les han dado por que son “gente bien”. A media cuadra hay uno, El Sol de México les pregunta si han llevado apoyos a la gente de Pacífico 223, y responden que no, que lo que colectan está destinado a ir a Morelos.

Cuenta que el delegado Valentín Maldonado fue a visitarlos y que les dijo que su inmueble era totalmente habitable, “afirma indignada.

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