Fue a las 2:40 horas del 28 de julio de 1957 cuando un terremoto sorprendió a la Ciudad de México y la Victoria Alada sucumbió ante el tremor de la tierra.
El sismo registrado fue de magnitud 7.8 con epicentro en Ayutla, Guerrero, sin embargo, la capital metropolitana quedó devastada y el Ángel de la Independencia cayó de 20 metros de altura.
La Victoria Alada destruída en el suelo fue una de las imágenes que quedaron grabadas para siempre en la mente de los capitalinos y que por consecuencia del siniestro quedó bautizado como el Sismo del Ángel.
La estructura, del escultor italiano Enrique Alciati, pesaba siete toneladas y tenía 6.7 metros de altura. Estaba hecha de bronce y recubierta de oro.
Cabe destacar, que a pesar de su caída, en la mano del ángel quedó la corona de olivo empuñada, lo único que no se desprendió al momento de caer.
El movimiento telúrico dejó un saldo de 35 muertos, decenas de heridos y 100 desplomes de edificios.
El monumento, que conservó la columna original, fue reconstruido de pies, busto y cabeza, llevando a cabo su inauguración el 16 de septiembre de 1958.