Después de año y medio de permanecer cerrados por la pandemia de Covid-19, ayer en República de Cuba, en el Centro Histórico, reabrieron de manera oficial los bares de esta calle, algunos de los cuales tuvieron fila previa a su apertura por parte de jóvenes ansiosos de pasar un buen rato.
La convocatoria para sus asistentes se realizó a través de redes sociales. El Gobierno de la Ciudad de México permitió a los bares y antros abrir desde el pasado lunes siempre y cuando sólo acepten 50 por ciento de su aforo, cierren a la medianoche y exijan el uso de cubrebocas.
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En el bar Soberbia, ubicado casi en la esquina de Eje Central, la fila se formó desde las 17:00 horas. Ana y su grupo de amigos se animó a asistir pues ya cuentan con su primera dosis de la vacuna contra Covid-19.
Desde hace año y medio no visitan un lugar así, pero se animaron gracias a la protección del biológico de AstraZeneca, que les aplicaron hace un par de meses.
Carmen se enteró de la reapertura a través de Instagram. Se animó porque extraña el baile y la última vez que visitó un bar fue en diciembre de 2019.
Ella vive en Iztapalapa, una alcaldía a la que aún no llega la vacuna para la población de 18 a 29 años. Sin embargo, esto no le impidió regresar a este bar.
En la entrada se aplicó el mismo filtro que otros giros ya conocen: toma de temperatura y aplicación de gel antibacterial. El aforo común es de 200 personas, por lo que ayer sólo tuvieron espacio para 100.
Julián, uno de los meseros de este bar, celebró la reapertura pues eso le significa retomar su trabajo. Soberbia intentó en marzo acoplarse al esquema de bar-restaurante que el Gobierno les acercó para paliar el cierre, sin embargo, no resultó exitoso.
Otro de los bares que se animó a abrir es El Marra. Popular entre la comunidad de la vida nocturna, el bar también permitió solo 100 personas de las 218 que su permiso establece.
Ayer abrió en punto de las 18:00 horas, pero a diferencia de Soberbia, este bar no recibió fila.
NO ES SUFICIENTE
Empresarios de la industria de antros y bares manifestaron su descontento por las condiciones impuestas por la administración capitalina para su reapertura, las cuales consideraron inviables e inequitativas, ante la crisis económica que enfrentan tras 18 meses de permanecer cerrados.
Carlos Landa, presidente de la Asociación de Negocios de Entretenimiento Nocturno, señaló que para reabrir, en promedio gastaron cerca de 500 mil pesos y necesitan recuperarse con mayor aforo.