Desde los 4 años, Kevin supo que Tamara era la persona por la que tenía que cuidar. Aunque su padre lo identificó como un hombre desde su nacimiento, de a poco adoptó el cambio en el que reconocieron a Tamara.
Le gustaban las cosas de niña desde pequeña, siempre anhelaba tener un juego de té, pero nunca se lo pidió a su familia por pena. Improvisaba el set con varitas de árbol para imaginar cómo sería divertirse con su juguete soñado. “Pero nunca lo pediste”, le responde entre risas su papá, Jaime Hernández, quien también trajo a su mente que su niño desde los cuatro años ya se identificaba como niña.
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El papá de Tamara notó el comportamiento de una niña en su niño y acudió con una psicóloga a quien le contó que su hijo de 4 años le decía que le gustaban los niños, aunque la especialista le cuestionó si Kevin había sufrido algún tipo de agresión física de parte de alguna tía o tío.
En el cuerpo de Kevin, Tamara solía ser rechazada por su voz y por no parecer un niño en su actuar por lo que trataba de ocultar su verdadera personalidad. “Sentía feo, mi hermano también me defendía mucho”, platica ahora a sus 16 años.
Jaime narró el bullying que vivió desde su niñez su hoy hija trans. “Llegaba y me decía ‘papá es que en la escuela me dicen que soy puto’ y le decía oye, mijo, y para qué te enojas, para qué sufres, si eso es lo que eres, ¿no eres homosexual, no eres gay, eres una niña si o no? Pues sí, entonces, dime ¿por qué sufres?' De alguna manera, entendió y llegó un momento en el que ya no le hizo daño, pero esas pequeñas barreras sociales que no nos permitimos brincar, eran dolorosas”, cuenta el señor Hernández frente a Tamara.
La Ciudad de México es la única entidad que permite realizar el cambio de nombre y género a menores de 18 años sin embargo, el proceso para quienes desean aplicar es tortuoso, en sus propias palabras. Pero ahora el gobierno capitalino designó un consejo especial que facilitará los cambios de nombre cuando los padres o tutores estén de acuerdo, sin necesidad de recurrir a amparos.
Tamara de tanto recibir discriminación, un día decidió "intentar ser hombre, sólo un día", e incluso “tuviste novias”, se metió a la entrevista el papá entre risas, y su hija respondió “ah, sí, tuve novias”. “Siempre decía, voy a poner mi vida en orden y voy a intentar ser hombre, pero no te sientes agusto, te sientes triste por dentro y sientes que no cuadras en eso”, agrega ella.
El señor Hernández empezó a trabajar primero con él, a entenderse, porque era doloroso, expresó que no era fácil enfrentarme a si mismo, ni a las preguntas de la sociedad: “qué va a decir la familia, yo decía “mi chavo homosexual, yo fulano de tal, el macho”, mencionó conteniendo las lágrimas.
“La licenciada (psicóloga) me dice, ¿cuál es el problema del niño? Me quedé pensando y digo, bueno, es que en si realmente no tiene ningún problema él, el problema es mío completamente, el ego lastimado, el por qué yo, algo que no se entendía completamente, ahora entiendo que es así, no tiene ni más bueno ni más malo”.
Tamara salió por primera vez a la calle vestida de niña a los 13 años, pero legalmente todavía se llama Kevin. “Usar un nombre masculino es feo, porque te vistes como niña y te preguntan, ‘oye, ¿cómo te llamas? Ah, Kevin', al decirle nombre de niño, te sientes como rara llamandote Kevin y por dentro sabiendo que eres niña”.
Tania Morales, directora de las Infancias Transgénero, dio a conocer que sólo hay nueve estados en México que tienen reconocimiento de la identidad de género pero sólo es para personas mayores de 18 años y el único estado de la República en emitir este procedimiento para menores de 18 años, es la Ciudad de México.
Actualmente, desde noviembre del año pasado, el diputado de la capital mexicana, Temístocles Villanueva del partido mayoritario en el Congreso, presentó una iniciativa para que la infancia trans tenga derecho a cambiar de nombre cuando así lo decidan, pero está en la congeladora. “Lo que hace falta es que se vote en el pleno, eso es lo terrible, no es que no haya dictamen, lo tenemos con perspectiva de género y con perspectiva de niñez, pero hubo presión de grupos conservadores afuera del Congreso y todo se detuvo”, lamentó Morales.
Detalló que en la legislación actual lo que dice es que las familias tienen que llevar dictámenes de especialistas que sepan sobre el género de alguien, "pero en general los especialistas en salud mental saben perfectamente que nadie puede decir el género de alguien más que uno mismo, te piden un periodo aprobatorio en donde tienes que llevar testigos de que tu hije habría vivido 5 meses en el género que dicen vivir".
NO ERA FELIZ
“Te lo pondría en una oración pequeña: no era un niñe feliz”. El camino de Fernanda Pardo para reconocer la identidad de su hije ha sido una pelea que juntos han recorrido.
Fernanda Pardo, directora de Trans Infancia y mamá de una hije -como ellos buscan que se les identifique- vivió algo parecido a lo que vivió la familia de Tamara, pero fue desde los tres años de edad.
“Veías como a una persona apagada, como una persona triste y te estoy hablando de una edad muy, muy pequeña, no se llevaba bien con sus compañeros”, cuenta Pardo.
Conforme el tiempo pasó, a la familia de Pardo llegaron distintos mensajes desde la escuela de su hije. Les empezaron a hablar para decirles que algo estaba pasando, que su hije no se veía bien por lo que buscaron apoyo psicológico y les dijeron que se veía enojado pero no entendían por qué.
Pardo explicó que en un principio pensaron que íban a tener un hijo homosexual y hablando con un especialista, de los muchos que consultaron, les explicaron que eso no era posible.
“Nos decía que no era posible que pensáramos eso en este momento por la edad de nuestro hije, porque esto era una cosa de orientación y la orientación sale más adelante, cuando ya hay un desarrollo, cuando ya empiezan a entrar en la pubertad y las personas es cuando empezamos a tener claro cuál es nuestra orientación”, cuenta.
“Pasaron muchos años en que veíamos cosas pero no teníamos claro qué era, hasta que por fin pudo verbalizarlo, ‘es que yo soy una niña’, nos dijo y buscamos nuevamente un apoyo terapéutico y encontramos a alguien que sí sabía sobre la identidad de género y nos explicó la diferencia entre identidad y orientación”, agregó Fernanda.
Nasheli Ramírez, titular de la Comisión de Derechos Humanos local, expuso que esta iniciativa debe avanzar pues es un derecho primordial de todos, y en este caso el derecho a la identidad, entonces, así como está planteado hoy, es una discriminación y la modificación de ley lo que trata de hacer es de evitarla.
“La iniciativa no trata de hacer modificaciones, eso no es que promueva el cambio sexogénerico, ni absolutamente nada, es decir, hay un proceso atrás, lo que está tratando de hacer la ley es regularizar un proceso administrativo, no un proceso médico, es un proceso administrativo que asegura el derecho a la identidad”, consideró.