Con la nueva sede del Museo Dolores Olmedo en el Parque Urbano Aztlán, en Chapultepec, la casona de La Noria, en Xochimilco, se convertirá en un centro cultural enfocado en actividades académicas y de educación vinculadas al acervo del museo; en tanto que el nuevo espacio en el Bosque de Chapultepec se dedicará a la exhibición de obra pictórica.
Esta es la nueva conceptualización del museo, pues en la sede de Xochimilco las salas y espacios de exposición son muy reducidas y no cuentan con el equipo necesario para montar sistemas de aire acondicionado y ventilación adecuada para el espectador, personal y obras de arte.
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"La sede de La Noria no cerrará, ahí vamos a hacer talleres y actividades educativas, y aquí en el Parque nos vamos a traer la obra para exponer, si quieren verlo así es como se va a dividir el museo", refirió Dolores Philips, nieta de Dolores Olmedo, fundadora del museo, al insistir que buscarán colaboraciones con museos extranjeros.
La nueva sede inicia sus actividades con la Tradicional Ofrenda Monumental y Altar de Muertos que cada año se monta en el recinto desde hace seis años a manera de homenaje a Dolores Olmedo quien siempre siguió la tradición mexicana del Día de Muertos.
La ofrenda de este año, con alrededor de un centenar de piezas de cartón, ocupa una sala de 700 metros cuadrados en promedio construida exprofeso para el Museo Dolores Olmedo en la entrada del Parque Urbano Aztlán, este aún en construcción.
El edificio lleva la forma de una pirámide y recibe al público con réplicas en impresiones digitales de los entierros mexicas. En este espacio se despliegan diversas escenas de la cultura prehispánica para dar cuenta de los primeros pobladores, y la narrativa avanza hacia la llegada de los españoles, el proceso de conquista militar y religiosa, y la lucha de Independencia para hacer un homenaje a los 500 años de la caída de México Tenochtitlán.
El montaje, a cargo de la curadora Josefina García y el museógrafo Jean-Rennaud Dubois, concluye con el momento en que México inicia su proceso de modernización. Y cada una de las escenas enfatizan algún detalle histórico e incluso cómico para hacer la narrativa más amena al espectador.
En total son 27 escenas casi a escala real con figuras hechas con cartón por la familia de Pedro Linares, que ha colaborado con el museo desde hace seis años. De las representaciones más emblemáticas es donde se mira al tlatoani rodeado de sus guerreros águila durante el encuentro con Hernán Cortés quien se acompaña de la Malinche. Más adelante se puede ver al cura Miguel Hidalgo, Morelos, Guerrero, entre otros personajes.
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El recorrido cierra con un altar dedicado a Dolores Olmedo y a los artistas Diego Rivera y Frida Kahlo enmarcado en Miles de flores de cempasúchil hechas de papel y figuras de latón.
La visita al público en la Ofrenda inicia el 29 de octubre y el costo del boleto es de 75 pesos entre semana y 100 pesos los sábados y domingos. El público entrará en grupos durante máximo 30 minutos para evitar aglomeraciones. La ofrenda permanecerá hasta el 28 de febrero de 2022.
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