Instituto Nacional de Medicina Genómica ubica genes del suicidio

Se trata del primer estudio de este tipo en el país, en el que se analizan los aspectos genómicos y de herencia del suicidio en distintos individuos

Por Genoveva Ortíz

  · lunes 20 de noviembre de 2017

Foto: Ilustrativa

El Instituto Nacional de Medicina Genómica dio a conocer una investigación que permite identificar los genes de riesgo asociados al suicidio: la gestaltómica del suicidio.

Se trata del primer estudio de este tipo en el país, en el que se analizan los aspectos genómicos y de herencia del suicidio en distintos individuos, que lleva a cabo el equipo encabezado por el doctor Humberto Nicolini Sánchez, subdirector de Investigación Básica del Inmegen de la Secretaría de Salud (SSa). La gestaltómica propone evaluar a los pacientes que sufren de alguna enfermedad mental de una manera integral, con datos de su información clínica (signos y síntomas) y ómica, toda aquella derivada de análisis genómicos, metabolómicos, transcriptómicos, de microbioma y estudios a nivel molecular.

 Las muestras para esta investigación se obtuvieron del banco de cerebros del Instituto de Ciencias Forenses del Distrito Federal, fundamentalmente, de la corteza prefrontal, encargada de dar la personalidad, capacidad cognitiva, toma de decisiones, así como moderar el comportamiento y la voluntad por vivir.

 Con las muestras biológicas obtenidas de los cerebros se realiza el análisis de ADN en el que se estudia la expresión –los genes activos-, la metilación –los genes inactivos- y el genotipo –conjunto de material genético-, en general de las personas que cometieron suicidio.

Un gran porcentaje de las personas analizadas estaban bajo la influencia de alguna sustancia adictiva cuando cometieron el suicidio, como el alcohol, además, se ha visto que existen resultados contrastantes entre personas que cometen intentos de suicidio y las que lo consuman.

PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

En las últimas dos décadas, el suicidio se identifica como un problema de salud pública al registrarse cerca de cinco mil muertes por esta causa a nivel nacional.

 Ante tal problemática, el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) desarrollo un estudio donde se identificaron 536 genes que se relacionan con este acto, además se encontró que el consumo de alcohol aumenta 10 veces el riesgo suicida y el consumo de drogas lo eleva 14 veces más.

 Así lo informó el doctor Humberto Nicolini Sánchez, Subdirector de Investigación Básica del Inmegen, quien detalló que la muestra del estudio se obtuvo del Banco de Cerebros del Instituto Forense de la Ciudad de México.

Subrayó que es la primera investigación de este tipo en México que analiza los aspectos genómicos y hereditarios del suicidio, en 44 personas que fallecieron por esta causa y en 30 que murieron por causas distintas al suicidio.

 El doctor Nicolini Sánchez, quien dirige la investigación Gelsaltomic La siquiatría vista por la bilogía de sistemas: Investigación en el Suicidio, detalló que se estudió la corteza frontal, que es la parte del cerebro encargada de la toma de decisiones, la cual se ve afectada en personas con intento suicida.

Destacó que los sectores de la población con mayor riesgo de cometer un suicidio son el grupo de 15 a 24 años de edad y mayores de 60 años. Asimismo, de cada cinco individuos que intentan suicidarse uno lo consuma.

El investigador señaló que también el alcohol y las drogas son dos factores de riesgo para intentar un suicidio, ya que el estudio toxicológico de las personas que conformaron la muestra, fue positivo a esas sustancias.

Explicó que la gestaltómica, rama de la medicina genómica, propone evaluar a los pacientes que sufren alguna enfermedad mental de manera integral con información clínica, análisis genómicos y moleculares.

ABUSO DE ALCOHOL Y DROGAS

 Para llevar a cabo la investigación, los especialistas subdividieron las muestras de cerebro de personas que murieron por suicidio, en aquellos que tenían diagnóstico concomitante el abuso a alcohol o drogas y que aparte salieron positivos al momento del suicidio y personas que habían fallecido por suicidio, pero que no tenían este historial.

 Nicolini Sánchez manifestó que poder hacer estos tamizajes y saber que “una persona carga con esta información y que es confirmada, ayuda a focalizar mucho más los recursos”.

 “En vez de hacer campañas de prevención, un tanto diluidas a toda la población, si ya nos vamos a los individuos de alto riesgo podemos hacer estrategias muchísimo más puntuales, que puedan tener mucho más éxito; que hacerlo a personas que no tienen estos factores de riesgo”, comentó el especialista.

 A todas las personas que se estudiaron se les hizo “la autopsia siquiátrica” que es un procedimiento estructurado que trata de recabar información estructurada y consistente, indicó

 A través de esta entrevista retrospectiva con los familiares, se trata de recuperar y reconstruir el pasado de la persona, para conocer si tenía accesos a hospitalización, indicó el doctor Nicolini Sánchez al precisar que así se ha podido encontrar que muchos de ellos tenían enfermedades psiquiátricas concomitantes.

 “Muchos de ellos son los mismos genes que dan a susceptibilidad a enfermedades mentales y justo con otro estudio con la Encuesta Nacional de las Adicciones que es población general, hoy estamos tamizando a un grupo grande de personas a cerca de 10 mil personas y corroborando si encontramos vulnerabilidad; es decir, que han hecho intentos, que tienen psicopatología y que nos va a servir como un estudio de corroboración de estos marcadores”, explicó el doctor Humberto Nicolini.

 El especialista destacó que todos estos hallazgos, sin duda alguna, van de la mano no solo para prevenir el suicidio, sino también las adicciones, ya que en ambos problemas están íntimamente relacionados, como sería la hipertensión y la diabetes.

 “Todos estos factores están ligados y va muy de la mano prevenir adicciones y prevenir conducta suicida. Si queremos prevenir suicidio tenemos que prevenir adicciones porque hay una comorbilidad y se tienen que atacar las dos cosas de forma conjunta”, subrayó.

 Sobre la posibilidad de que estos importantes hallazgos científicos se puedan llevar a la práctica, como sería, por ejemplo, prevenir el suicidio en las estaciones del Metro de la ciudad de México, el especialista consideró que es posible hacerlo, pero falta comunicación entre las instituciones que están trabajando sobre este mismo problema.

 “Si bien hay una buena intención, viéndolo desde la perspectiva científica es un poquito ingenuo, porque la propuesta se puede nutrir más con algunas de estas estrategias que nosotros estamos desarrollando para hacer un trabajo más en conjunto, hacer centros de referencia para captar a estas personas, incluirlas en protocolos de estudio y hacer como un plan de intervención más formal, que algo que pareciera más bien banal, porque la conducta suicida nunca hay que tomarla como algo superfluo o un intento manipulatorio”, indicó.

 Y agregó: “se tiene que tomar en serio el suicidio y con un plan de acción muy acotado para su prevención, porque muchos de esos intentos son las muertes que acaban en el Instituto de Ciencias Forenses”.

PREDICTIVA Y PREVENTIVA

Otra variable que estamos estudiando, indicó el el doctor Humberto Nicolini Sánchez, subdirector de Investigación Básica del Inmegen, es la “ancestría” y uno de los datos que vimos es que las personas que tenían suicidio, con morbilidad de trastorno bipolar tenían una mayor ancestría con genes europeos.

 Por otra parte, se encontró que las personas que tenían suicidio con morbilidad de esquizofrenia, tenían una mayor ancestría de población mestiza, donde hay mayor proporción de genes nativos americanos, es decir, poblaciones indígenas de México y la mezcla con la población ibérica, que es más de Andalucía de donde viene nuestra sangre mestiza.

  “Ya pensando a futuro, si llegamos a tener un producto de aplicación en un laboratorio clínico, los algoritmos de predicción van a ser muy diferentes y probablemente unos tendrán que ser producidos en Japón, otros en Noruega y otros específicos para México”, explicó.

 Nicolini Sánchez indicó que la investigación todavía no llega a la parte de diagnóstico, porque se está obteniendo más información de la población en general que permita tener datos más sólidos, para hacer cálculos de sensibilidad, especificidad. “Aquí nos falta un poquito más”.

 En cuanto a costos, el doctor Sánchez señaló que estas tecnologías todavía siguen siendo caras, pero la tendencia mundial es que se han ido abaratando y se irán haciendo cada vez más económicas. “Hoy en día todavía no son accesibles a todos los hospitales, pero la tendencia es que se irán haciendo cada vez más baratas y probablemente en los próximos diez años, serán pruebas de rutina como una biometría o una química sanguínea”, apuntó.

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