En el Paseo de la Reforma resonó el silencio. Más de 25 mil estudiantes salieron a marchar en demanda de una comunidad universitaria libre de violencia, libre de grupos porriles, libre de feminicidios, por un entorno más seguro y una mejor calidad en la infraestructura educativa.
La movilización fue un eco de la Marcha del Silencio de hace 50 años y trajo a la memoria la consigna de aquel movimiento: “Ha llegado el día en que nuestro silencio será más elocuente que las palabras que ayer acallaron las bayonetas”.
La ruta fue la misma: del Museo de Antropología al Zócalo capitalino. Ni la amenaza de una tormenta apagó el ánimo. Aunque se acordó que la mayor parte del trayecto sería en silencio, los universitarios no aguantaron callar sus consignas: “Universidad pública, gratuita, popular, laica y ¡libre de porros, a huevo!”, gritaron al unísono.
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Fueron los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Azcapotzalco los que encabezaron la protesta, ya que hace 10 días fueron objeto de un ataque de porros en la explanada de Rectoría en Ciudad Universitaria, que dejó dos estudiantes heridos de gravedad.
Para el escritor Paco Ignacio Taibo, que también marchó con los estudiantes, el porrismo es “una enfermedad dentro de nuestra sociedad que hay que combatir y la reacción (de los estudiantes) es maravillosa, queremos ciudades más sanas, más seguras, no pervertidas por esta mezcla de violencia organizada”.
Tras del CCH Azcapotzalco marcharon integrantes del Comité del 68 y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa; en seguida estudiantes de los distintos CCH y Preparatorias de la UNAM.
También acudieron las facultades de Diseño y Arte, Arquitectura, Filosofía y Letras y de Medicina, así como estudiantes de la UAM, la UACM, el Politécnico Nacional y organizaciones sociales en la retaguardia.
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Apostados en el Zócalo -donde se hacen los preparativos para el último grito de Independencia del presidente Enrique Peña Nieto- reiteraron su principal demanda: acabar con la presencia de los porros en las escuelas de educación media superior y superior.
“Hace 50 años se organizó la Marcha del Silencio como respuesta a la violencia del Estado, como respuesta al discurso de Díaz Ordaz el 1 de septiembre cuando amenazó con hacer uso del Ejército para someter al movimiento estudiantil”, recordó frente al Palacio Nacional, Francisco Guerrero, del Comité del 68.
“Hoy ustedes con su manifestación están acallando la violencia de los porros, la violencia del Gobierno, la violencia de las autoridades universitarias que mantienen a los grupos porriles en las escuelas”, añadió antes los aplausos y vítores de los estudiantes universitarios.
Aunque a su paso por avenida Juárez y 5 de mayo el Gobierno de la Ciudad de México colocó vallas para proteger los comercios, de poco sirvieron pues la marcha se desarrolló de manera pacífica, con consignas, cantos, bailes y hasta el Cielito lindo.