Ya cerca de cumplir un año más de su fundación y de la fiesta patronal, los comerciantes de la Nave Mayor del Mercado de La Merced luchan por recobrar el tiempo perdido mientras el centro de abasto estuvo cerrado tras el incendio registrado en 2013.
La reconstrucción de la parte abierta se hizo prácticamente desde abajo para arriba, el drenaje se cambió totalmente en el edificio y sus alrededores, es más Sergio Hidalgo, jefe de la Unidad de Gobierno de la alcaldía Venustiano Carranza, contó que todavía se encontraron vestigios de la tubería de barro de las antiguas cloacas, de más de 60 años.
Ahora, el funcionario aseguró que el mercado cuenta con la infraestructura necesaria para prevenir una conflagración que vuelva a destruirlo.
En un recorrido por la Nave Mayor, mostró los aspersores colocados en la parte superior de los puestos, los cuales se accionan en los momentos que se detecta fuego y abarcan 80° en un radio de 10 metros, lo cual no existía antes de 2013, cuando se registró el incendio.
Subrayó que es el único mercado en la Ciudad de México que cuenta con ese sistema para combatir el fuego, además tiene 50 hidrantes colocados en sus puertas de acceso y el personal capacitado para actuar en el momento oportuno.
La reconstrucción del mercado sirvió para que los locales fueran mejorados, lucen una presentación superior, diferente y más ordenada, de cómo estaba antes; mientras que los negocios de comida tienen trampas de grasa en sus coladeras.
El 23 de septiembre autoridades y locatarios celebrarán el sexagésimo segundo aniversario de ese lugar y al día siguiente festejarán a lo grande la fiesta de la Virgen de La Merced. A pesar de que hubo una renovación total de los puestos, lo cierto es que el Instituto Nacional de Antropología e Historia cuidó que el edificio quedará tal y como estaba antes del siniestro.
Enrique Gómez, administrador del Mercado Nave Mayor, informó que las losetas amarillas de sus paredes se tuvieron que mandar a hacer a Puebla, porque en la Ciudad de México ya había desaparecido la fábrica que los hacía.
“El mercado está abierto en condiciones de seguridad, con el uso de materiales ecológicos y biodegradables”, resaltó su administrador, quien explicó que también se cambió la instalación eléctrica y los tableros fueron colocados en lugar llamado el tímpano, donde los switches se botan en los momentos en que un puesto sobrecarga su instalación eléctrica, es decir que la cargas de energía están balanceadas.
Agregó que con la cirugía mayor, se le dio un segundo aire para que tenga una vida útil de más de 60 años.
Cerca de la entrada de la estación del Metro Merced, hay un local que en un principio era de aguas frescas, llamado El Oasis y ahora vende también antojitos mexicanos. Su propietario Horacio Sánchez, que es la tercera generación, se muestra optimista de volver a empezar y aseguró que poco a poco la clientela regresa porque las condiciones ya son óptimas.