Después de una maratónica sesión de más de seis horas, un acalorado debate e incluso protestas afuera del recinto legislativo, el Congreso de la Ciudad de México aprobó en lo general y en lo particular el dictamen por el que se expide la Ley de Participación Ciudadana.
Uno de los temas que más polémica causó desde la semana pasada fue la propuesta de Morena de que los integrantes de las nuevas Comisiones de Participación Comunitaria fueran designados mediante un sorteo, lo cual no fue bien recibido por la oposición, y tras un intercambio de argumentos quedó fuera del dictamen.
“No puede la tómbola de Morena ser el método de selección de candidatos vecinales en la Ciudad de México, no puede el Congreso institucionalizar y volver la tómbola de Morena el método de selección de los que aspiran a ser candidatos cercenando los derechos políticos de los que no se ven favorecidos en la insaculación”, criticó el diputado del PAN, Federico Döring.
Su compañera de bancada, Gabriela Salido, secundó el argumento: “al interior de cada uno de los partidos políticos pueden decidir lo que así deseen: que sea a mano alzada, que sean rifas, que sean tómbolas, mientras los militantes de esa institución no se quejen ya será cuestión de la vida interna de cada instituto político, pero con la ciudadanía hay que observar lo que nos dicta nuestro orden legal”.
Al respecto Claudia Sheinbaum declaró que la Ley está orientada a que los partidos políticos no monopolicen la participación ciudadana.
Morena también reculó y aceptó la propuesta de que el presupuesto –que se ejerce mediante consulta vecinal para diversos proyectos ciudadanos- se incremente de manera gradual hasta sumar 4 por ciento del presupuesto de alcaldías.
De esta manera para 2020 el presupuesto participativo pasará de 3 a 3.25 por ciento y crecerá .25 por ciento en los años siguientes de manera que para 2023 ya se logre que sea del 4 por ciento .