Hasta el miércoles pasado en el país se habían infectado de Covid-19, seis mil 656 niños, niñas y adolescentes, de los cuales mil 632 casos pertenecen a la Ciudad de México; en el caso de las defunciones a nivel nacional hay 122, mientras que en la capital del país se reportan 11, así lo informó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández, al presentar el reporte de la Consulta Infancias Encerradas.
Para conocer la forma en la que están viviendo los menores la emergencia sanitaria, saber cuáles son sus condiciones en casa, inquietudes, preocupaciones y las dificultades que enfrentan al estudiar sin maestro, se realizó esta investigación en la cual se destaca que la violencia intrafamiliar no ha ido en aumento, pues 39 por ciento manifestó que sus padres discuten una que otra vez.
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Hay que considerar que algunos niños tienden a normalizar estos aspectos familiares, ya que vivimos en una país donde “se educa y disciplina con violencia”, indicó Ramírez en videoconferencia. En este tema, 23 por ciento manifestó que sus padres discuten todos los días.
De lo que más les preocupa, 90 por ciento de los menores capitalinos respondió que alguien de su familia se enferme o muera de coronavirus. Otro de los aspectos a los que temen es que su papá o su mamá pierda el empleo o que los “saquen” de su casa por no pagar la renta.
La consulta tomó en consideración la opinión de 40 mil 427 niñas, niños y adolescentes (de seis a 17 años de edad) en todo el país, de los cuales 40 por ciento corresponde a la Ciudad de México (19 mil cuatro). También participaron niños de uno a siete años de edad con dibujos.
Sobre cómo realizan sus tareas escolares, 53 por ciento contestó que tenía celular propio y 72 por ciento que había una computadora disponible en casa. Siete de cada 10 manifestó que la mayor parte del tiempo se la pasan haciendo tareas escolares y ayudan con los quehaceres domésticos. Aquí no hay variación si son niñas o niños. Incluso muchos de ellos se quejaron de que no les alcanzaba el día para concluir sus tareas escolares.
La ombudsman capitalina destacó que aquí aparecen la ansiedad y estrés por parte de los menores al no poder concluir sus tareas escolares, por lo que manifestó que se trabajará a corto plazo programas de políticas públicas para no dañar la salud mental de los estudiantes.
La forma en que ven el aislamiento social no es el mismo entre los menores debido a que los que tienen de 12 a los 14 años de edad se dicen aburridos, de los 14 a los 17 lo ven como un tiempo que perdieron de sus vidas y ya no lo van a recuperar nunca.
Otros de los aspectos a destacar, según Nashieli Ramírez, es que la parte recreativa se vio afectada, pues sólo 30 por ciento señaló que chatea con amigos.
En el aspecto de la incertidumbre, cinco de cada 10 piensa que les falta mucho por regresar a la escuela. Se mencionó el caso de un niño de 9 años que contestó: “No tengo miedo, pero me preocupa salir a los 42 años”.
Una adolescente manifestó que quiere salir, pero que ya no haya feminicidios en la Ciudad de México, mientras que un niño de 10 años que vive en Guanajuato escribió: “Basta de coronavirus, basta de violencia criminal”.
De las conclusiones del trabajo se dice: “Un recurso importante es el acompañamiento a niñas, niños y adolescentes sobre la pérdida y el duelo que han implicado tanto la enfermedad como el cierre extraordinario de ciclos y separación de espacios importantes en la sociabilidad.
“Las clases en línea han representado una fuente de estrés para niñas, niños y adolescentes por lo que la adaptación de materiales educativos y propuestas pedagógicas alternativas es necesaria. Para ello, el apoyo al personal docente es fundamental.
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