En el oasis asiático que representa Corea del Sur, considerado por el Banco Mundial como “el milagro económico del este asiático”, existe una ciudad que se ha convertido en ejemplo mundial por su desarrollo económico y social, pero sobre todo por sus políticas de urbanización y medio ambiente.
Se trata de Seúl, la capital, cuyo alcalde, Park Won-Soon, platicó con El Sol de México sobre la experiencia que ha sido transformar esta urbe, de poco más de 10 millones de habitantes, en una ciudad inteligente y de las más seguras en el mundo.
“Seúl y la Ciudad de México comparten muchas similitudes como la pasión por la cultura y la historia, pero sería una relación más eficaz si comenzáramos a compartir nuestras experiencias y soluciones, espero que la cooperación prospere”, afirmó el gobernante quien fue reelegido en 2011 al frente de la administración de la capital surcoreana. -
¿Qué recomendaciones le haría al gobierno de una ciudad como la de México, una de las más grandes en el mundo y de las más contaminadas?, se le preguntó.
“En mi visita a la Ciudad de México me he dado cuenta que tiene muchos parques y jardines, es decir, muchos espacios verdes y creo que es un gran compromiso darles mantenimiento a esos espacios y es ahí donde veo la oportunidad de tener mayor cooperación en el futuro”, respondió Won-Soon.
Explicó que Seúl tenía originalmente alrededor de un millón de habitantes, pero en un periodo muy corto de tiempo, llegó a 10 millones de personas, acumulando grandes cantidades de contaminación, que deterioraron la calidad del aire y de la vida de las personas. Sin embargo, dijo, gracias a los esfuerzos, que incluyeron construir parques, invernaderos, carriles exclusivos para el transporte, sistemas de transporte limpios y modernos y modernizar el sistema de aguas; nos volvimos más verdes.
Desde que Corea del Sur firmó el acuerdo de París en 2016, el país asiático se ha comprometido a purificar su aire. La administración del presidente Moon Jae- In prometió el cierre de las viejas plantas de carbón y el recorte de las emisiones domésticas en un 30 por ciento para 2022. A nivel local, según Won Soon, Seúl ha venido estimulando a sus residentes a valorar opciones más amigables, ya sea mediante la construcción de senderos para bicicletas, zonas exclusivas para peatones y, quizás lo más notable, un parque lineal de cinco millas donde una vez hubo una autopista.
“En Seúl hemos aprendido de otras ciudades alrededor del mundo y en principio, hemos fortalecido los sistemas de transportes público con carriles confinados. En segundo lugar promovemos que los autos se compartan y así hemos logrado reducir el número de vehículos en las calles. Y en tercer lugar, tratamos de crear un ambiente amigable con los peatones para que la ciudad pueda ser fácilmente transitable, en especial en distancias cortas. Por último, hemos impulsado el uso de la bicicleta con la introducción de 25 mill”, agregó.
Destacó que en el caso de la Ciudad de México, encontró una fuerte pasión por el cambio por lo que si ambas urbes cooperan juntas “podemos crear un cambio revolucionario en términos de transporte”.
“Es una megaciudad y creo que ambos enfrentamos retos muy similares en su proceso de crecimiento y desarrollo. Por lo tanto si cooperamos podemos alcanzar la prosperidad de ambos”, reafirmó.