Se cocinó durante la campaña electoral y desde el principio se pensó como uno de los proyectos estrella de esta administración: el primer sistema de teleférico para transporte público en la Ciudad de México. Pasaron apenas dos meses del arranque del actual gobierno cuando se anunció la primera línea, hoy en construcción, de Cuautepec a Indios Verdes.
Aquel 6 de febrero, en la sala de prensa Francisco Zarco del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum fijó como sede de sus conferencias mañaneras, El Sol de México preguntó a la mandataria qué se haría para que, a diferencia de la administración anterior, se evitará en la medida de los posible la oposición a obras públicas.
La respuesta fue que se haría un trabajo de socialización con todos los vecinos y personas involucradas en la zona donde se realizarían las obras, pero esto no bastó para que los proyectos públicos, principalmente de transporte, recibieran oposición en este primer año de gobierno. Desde la primera línea del teleférico hasta la construcción de una ciclovía en Canal Nacional.
En el caso del teleférico, la oposición llegó de dos frentes: vecinos de Cuautepec y alumnos y profesores de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional. Estos últimos, incluso, orillaron al cambio de la estación que estaría al interior del plantel, lo cual retrasó la implementación de esta primera línea del proyecto estrella.
De hecho, los retrasos que causaron tanto la oposición vecinal como estudiantil derivaron a la postre en la destitución de Pavel Sosa Martínez -alumno de Claudia Sheinbaum- y entonces coordinador del Órgano Regulador del Transporte (ORT), entidad antes encargada del proyecto, que ahora está en la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse).
Otro caso ocurrió al oriente de la Ciudad de México, con la rehabilitación del Canal Nacional. Aunque en el Plan de Movilidad en Bicicleta 2019 estaba contemplada la construcción de una ciclovía en Canal Nacional, al final se impuso la demanda de un grupo de vecinos que, presionando con un cierre de más de 10 horas del Circuito Interior, consiguieron la cancelación del proyecto.
Uno de los casos más recientes es la ampliación de la Línea 3 del Metrobús, de Etiopía a Río Churubusco, proyecto que, pese a que beneficiará a los usuarios del transporte público -que representan el 70% de los viajes diarios- ha visto oposición vecinal, con el argumento de que la obra pública generaría más tráfico en avenida Cuauhtémoc.
A través de la plataforma de Alameda Central, la Secretaría de Movilidad realizó una encuesta sobre el proyecto cuyos resultados arrojaron que seis de cada 10 personas que participaron se manifestaron a favor de la ampliación de la Línea 3. Aunque está en pausa, la obra, de acuerdo con la jefa de gobierno, no está suspendida, incluso está contemplada en el presupuesto del 2020.
Aunque este primer año de gobierno trajo consigo obras esperadas y otras que fueron innovación, lo cierto es que parece que en la Ciudad de México cada proyecto tendrá en paralelo movimientos de oposición, algunos legítimos, otros por intereses políticos.