Ir a llorarle a mis hijas a una coladera no es algo digno”, comentó Elvira Canchola, quien a dos meses de que sus hijas Esmeralda y Sofía cayeran en una coladera, en Iztacalco, y murieran, no ha accedido a la reparación integral del daño, porque no ha recibido la calidad de víctima.
En entrevista con El Sol de México, la mujer denunció que el deceso de sus hijas fue provocada por una "cadena de omisiones" relacionadas con la falta de mantenimiento a las calles, específicamente de los registros del subsuelo.
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De acuerdo con la Ley de Víctimas para la Ciudad de México, para acceder a los diversos beneficios que incluye la legislación, los usuarios deben ser reconocidos como víctimas por parte de un juez, Ministerio Público, autoridad responsable de la violación de Derechos Humanos o por la misma Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas capitalina (Ceavi).
Elvira Canchola denunció que cada vez le piden más documentos para acreditar su condición de víctima y, entre los requisitos, le solicitan contar una y otra vez los hechos que la Ceavi conoce desde el 10 de noviembre de 2022.
La mujer comentó que también hubo errores en las actas de defunción de Sofía y Esmeralda, pues no escribieron el nombre de sus padres.
Hasta el momento, la Ceavi dio apoyo para gastos funerarios. Los padres de las jóvenes no se han reunido con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ni con el alcalde de Iztacalco, Armando Quintero.
"Cómo puede ser posible que las personas que están a cargo de atender ese tipo de cosas no lo hagan, lo vean cotidianamente, ¡no puede ser posible!, porque no eran las únicas que estaban destapadas, hay miles de coladeras así. ¡Cómo no saber que hay gente desaparecida que haya caído en ese tipo de coladeras y nadie se enteró, nadie las vio?”, señaló la madre de las víctimas.
La mujer consideró que deben ser castigados directivos encargados del mantenimiento de las calles.
La víctima dijo que gracias a que su pareja, Víctor Arturo Barrios, acudió a las inmediaciones del Palacio de los Deportes al auxilio de sus hijas, que iban a un concierto de Zoé, se enteró de su deceso.
“Es un camino llenó de piedras, porque no te dejan avanzar. No permiten que se haga justicia. ¿Qué ha pasado con mi vida? No hay vida, mis hijas eran por lo que yo vivía”, expresó Elvira Canchola.
La madre aseguró que sus hijas serán la voz para aquellos casos en que las víctimas no han podido hablar, porque lo ocurrido el 10 de noviembre no fue un hecho cualquiera, sino que es muestra de hasta dónde pueden llegar las negligencias.
Víctor Arturo relató que, según las autoridades, la coladera donde murieron Sofía y Esmeralda la acababan de robar, pero ésta no era la única sin tapa, había otras dos en las mismas condiciones, además, había poca iluminación en el lugar que conecta a un puente peatonal con la estación Velódromo del Metro
El hombre recordó que además de la coladera no hubo personal que auxiliara a tiempo a las jóvenes, que murieron después de desmayarse por los gases que salían del registro destapado.
Luego del accidente, la alcaldía Iztacalco anunció una serie de acciones para atender la problemática de la falta de tapas en coladeras y que desde hace dos años cambia las piezas de hierro por unas de plástico para prevenir su robo.
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Al cierre de esta edición, la Ceavi no respondió, a solicitud de este diario, sobre el proceso de atención a la familia de Esmeralda y Sofía.
CLOACAS DESTAPADAS
De acuerdo con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, cada año son robadas más de mil 300 coladeras.
En noviembre de 2022, cuando murieron Esmeralda y Sofía, fue el mes con más reportes para solicitar mantenimiento de coladeras a través del Sistema Unificado de Atención Ciudadana, con tres mil 386 reportes.