Locatarios y funcionarios de la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda) piden que el albergue que atiende desde 2021 a perros y gatos que deambulan por bodegas, pasillos y estacionamientos sea conservado por la próxima administración, la cual tomará posesión el 30 de septiembre.
Miriam Rosales, gerente de Protección Civil de la Ceda, explicó a El Sol de México que aún no hay ninguna certeza de que perdure el recinto que alberga a 57 perros y 40 gatos adoptables, y que también da servicio médico a 200 canes comunitarios en las distintas naves de la central.
“Queremos pedirles que podamos darle continuidad al albergue de bienestar ambiental. Es la primera administración que se ha preocupado por un tema tan delicado y que estaba abandonado. Hay muchas personas que nos están apoyando para que se le dé continuidad al albergue”, señaló Rosales.
Desde este lunes, comentó, participantes y bodegueros solicitaron una reunión con la funcionaria para preguntar sobre el destino del albergue, ya que desde hace dos años y medio muchos de ellos han donado en especie, rescatan a perros abandonados y lesionados y han denunciado la venta ilegal de cachorros.
“Los participantes y permisionarios están preocupados. Han venido a ver cuál es la situación del albergue, cómo se va a manejar, y ver cómo pueden apoyar para que siga este programa”, indicó.
Rosales informó que desde la puesta en marcha de este albergue, la administración contribuyó con los espacios para resguardar a los animales, conformados por un terreno con casas para mascotas, un jardín para que salgan a pasear y áreas para atención médica.
Sin embargo, el lugar ha subsistido por donaciones de asociaciones animalistas, locatarios y participantes, así como apoyos de los mismos funcionarios que trabajan en la administración.
Desde 2021 hasta la fecha, el albergue ha recibido a mil 514 perros y gatos, de los cuales mil 440 han sido adoptados a través de la promoción dentro y fuera de la Ceda y con apoyo de varias asociaciones animalistas.
De acuerdo con Rosales, el cinco por ciento de los ingresos representa muertes de perros y gatos, debido a que llegan en malas condiciones por enfermedad o accidentes.
Además, detalló, el 80 por ciento de los ingresos es de población interna, es decir, que están dentro de las naves, mientras que el resto son perros y gatos hallados en vialidades cercanas a la Central.
Aquí he visto cosas que jamás imagine ver, animales heridos, animales que las personas en situación de calle los ocupaban para pelear y los drogaban, y nosotros los hemos rehabilitado y después les conseguimos un hogarKarla Ramírez, veterinaria del proyecto
Ramírez detalló que separan a perros y gatos en adoptables y otros que no; sin embargo, estos últimos son atendidos médicamente, esterilizados y se les coloca un anillo en la oreja para identificarlos, y saber que son perros que ya tienen un registro. Luego, esos animales son regresados a las naves cuando bodegueros, diableros y locatarios se comprometen a cuidarlos y alimentarlos.
“Tenemos perros de población que saben andar dentro de la Central, que llevan muchos años aquí, muchos de esos perros los adopta alguna persona en situación prioritaria o algún bodeguero se encarga de ellos. (...) Y todos los perros que vemos que son aptos para adopción, se quedan con nosotros y los que no, se regresan”, detalló.
Lucía Castillo, comerciante en el área de flores y hortalizas, es una de las adoptantes del programa y también voluntaria.
“Yo encontré a Nabilo, es un perro que tiraron en el basurero, lo criamos y ahora es un animal feliz y contento. También tengo un gato que me llevé de aquí. Tenemos una necesidad como locatarios que haya un control con responsabilidad”, explicó.
Pedro, embajador canino del refugio
Pedro es un perro de talla grande que fue rescatado del incendio del área de envases vacíos de la Ceda ocurrido a inicios de 2023.
Él era una mascota comunitaria entre los locatarios y fue el primero en ser rescatado del siniestro, donde resultó herido con quemaduras de primer y segundo grado.
A más de un año de los hechos, Pedro está en buen estado de salud y es un perro sociable, pero no ha tenido la suerte de ser adoptado.
Pedro fue abandonado, nadie de los locatarios lo reclamó, sí reclamaron a otros, pero a él ya no porque era grande. Hoy es nuestro embajador del albergue, pero está disponible para adopción. Es un buen animal, pero no entendemos por qué no hay una familia que lo quieraMiriam Rosales, gerente de Protección Civil de la Ceda
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Pedro vive en las oficinas de la administración de la Ceda, tiene su cama y su plato de croquetas, pero camina y juega en los alrededores. Dicen que su única malicia es que acostumbra robar las tortas de los policías.