La procuradora general de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy Ramos, negó que el asesinato del joven Leonardo Avendaño haya sido por motivos pasionales, y afirmó que en el caso se cuenta con varias líneas de investigación.
Entrevistada en el marco de la implementación de cámaras en comercios en el Centro Histórico, añadió que con base en el protocolo de necropsia todavía no se sabe si Leonardo murió en la casa del sacerdote señalado como presunto homicida o en el paraje del Ajusco en donde fue encontrado.
Ello, debido a que el protocolo de necropsia ofrece un intervalo de horas, “pudo haber sido en cualquiera de los dos lados”, comentó la funcionaria del Gobierno de la Ciudad de México e indicó que aún faltan más imágenes para consolidar el caso.
Sin querer reconocer la existencia de más cómplices, Godoy Ramos dijo que “hay muchos indicios que estamos trabajando y que pusimos a disposición de un juez de control”.
En cuanto a la existencia de un segundo conductor que pudo haber participado en el caso de Leonardo Avendaño dijo: “Estamos buscando, estamos viendo (...) puede suponerse (la existencia de un cómplice) pero hasta que estemos seguros les decimos”.
La procuradora capitalina no quiso dar mayores detalles de la pertenencia del automóvil captado en las cámaras de videovigilance del C5 y sólo señaló:“Todavía lo tengo que guardar en sigilo”.
En la congferencia de prensa que ofreció el pasado jueves dio una cronología de hechos, en los que las cámaras del C5, así como datos proporcionados por gente cercana a la víctima, indican que el joven avisó que pasaría la noche en la casa del sacerdote Francisco Javier Bautista.
A las 22:56 horas del 11 de junio Avendaño fue captado por las cámaras del C5 cuando llegó e introdujo su auto a la casa del cura. Alas 23:03 horas manda un mensaje diciendo que había llegado.
Más tarde, a las 3:16 del 12 de junio sale el vehículo de esa dirección y se dirige a la carretera Picacho Ajusco. Otro auto llega a esa zona a las 4:01 y sale del lugar.