Para proteger a las colonias más antiguas de la Ciudad de México de las grandes construcciones que las ponen en riesgo, el gobierno local quiere catalogar más “áreas de conservación patrimonial”.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y de Vivienda (Seduvi) realiza por primera vez una consulta pública sobre dos reglamentos de desarrollo que definirán la habitabilidad, movilidad y calidad de vida de los próximos 20 años. En ellos se incluye este plan de protección.
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En entrevista con El Sol de México, Pablo Benlliure, director del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (IPDP) –órgano que realiza la consulta–, señaló que en el nuevo Programa General de Ordenamiento analizan qué colonias pueden catalogarse además de crear nuevos instrumentos para protegerlas.
Una zona o colonia catalogada como área de conservación patrimonial tiene características específicas como calles históricas, sitios arqueológicos o monumentos. En ellas el gobierno capitalino aplica normas y restricciones que resguardan y conservan su fisonomía.
“La idea es darle dientes para proteger estas colonias, que existan las normas y los instrumentos para proteger esas colonias patrimoniales, pero no sólo esas, pues hay muchas de los años 30, 40 y 50 que no están declaradas áreas de conservación patrimonial y que sí son patrimonio de la ciudad.
“Estamos haciendo el estudio detallado con Seduvi para proteger no solo el paisaje urbano, sino una parte importante de los monumentos arquitectónicos del siglo XX, que ya es el siglo pasado, y que se están destruyendo”, dijo.
El director del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva señaló que entre las colonias que podrían tener este nombramiento están la Doctores, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, así como la colonia Irrigación, en la Miguel Hidalgo.
“La Doctores no es un área de conservación patrimonial, cuando es la primera colonia popular que nace fuera del Centro Histórico en la época de Porfirio Díaz. Tú vas por la Doctores y las calles tienen un octavamiento, no llegan a la esquina, están ochavadas (que tiene ocho ángulos iguales). La Doctores, y otras que debe de haber, entre 30 o 40 zonas en donde hay una gran arquitectura patrimonial que es muy importante.
“Va a haber más (áreas de conservación patrimonial). Para ejemplificar, Irrigación es una colonia tradicional del otro lado de Polanco, y que ha estado bombardeada tremendamente, pero que tiene unas construcciones y viviendas extraordinarias y calles magníficas, pero está siendo presionada por todos lados”, dijo Benlliure.
En la Ciudad de México actualmente existen 176 áreas de conservación patrimonial que representan 27.73 por ciento de su territorio . Una de las colonias protegidas es Condesa, en la Cuauhtémoc, en donde las autoridades sólo permiten construcciones de hasta tres niveles.
Los niveles de construcción, de acuerdo con Benlliure, lo determinan las alcaldías en los programas de ordenamiento, pues en el Programa General de Ordenamiento Territorial sólo define la zonificación, si es suelo de conservación o urbano.
BLINDAJE
Expertos en urbanismo coincidieron que la medida protege a las zonas ante las grandes construcciones, pero tiene que complementarse con otras medidas, como incrementar el número de funcionarios verificadores y darle a instituciones la capacidad de sancionar y parar obras.
Por ejemplo, cualquier expansión o modificación a un inmueble (aunque sea privado) ubicado en un área de conservación, debe notificarse y avalarse por la Dirección del Patrimonio Cultural Urbano de la Seduvi y por la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Aunque el uso de suelo permita determinados niveles en la zona, si las instituciones concluyen que pone en riesgo algún inmueble, niegan las licencias de construcción.
“Tratar de regular la especulación inmobiliaria no es un trabajo exclusivo de un decreto o una norma, tienen que construir todo el andamiaje institucional para poder regular una conducta. Por ejemplo, incrementar el número de servidores públicos y regresar la figura de inspectores de obras, que desapareció hace muchos años.
"También hay que fortalecer a las instituciones que procuran la justicia, como la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT), que le den dientes para que tenga la capacidad de sancionar y parar obras irregular en proceso”, mencionó Enrique Soto Alva, urbanista y secretario General de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
“En teoría la zona de conservación patrimonial busca preservar y detener un desarrollo que destruye el patrimonio; sin embargo, son zonas que pueden ser muy atractivas para los capitales (empresarios) y se vuelve muy complejo que cumplan la ley”, agregó Cecilia Barraza, especialista en temas de patrimonio urbano.
El nuevo Programa General de Ordenamiento Territorial también plantea incluir un nuevo término: “suelo rural de conservación”, para proteger barrancas y ríos que han sido devoradas por las grandes desarrolladoras.
“Las barrancas hoy en día están consideradas dentro del suelo urbano y luego se urbanizan. Todas las barrancas y los ríos de la ciudad hay que protegerlos, son parte de la conservación”, dijo Benlliure Bilbao.
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