El protocolo de actuación policial para manifestaciones necesita ajustes en los que se deben contemplar la creación de una evaluación en la que participe la sociedad civil pues expertos consideran que las protestas son una bomba de tiempo por el enojo estructural de la sociedad.
En entrevista con El Sol de México, Nasheli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, expuso que queda claro que hay una serie de protocolos y recomendaciones para atender las protestas anteriores a 2016, por lo que no es necesario uno nuevo sino hacerle una revisión para adecuarlo a lo que ahora se vive en las manifestaciones.
“Los mecanismos de acción que se han visto en las últimas marchas no quieren diálogo y es lo primero que dice el protocolo que se deben hacer, ese primer paso nos lo tenemos que saltar porque la primera acción de los manifestantes es lo que estamos viendo”, explicó.
Ramírez considera importante que los policías que están en la primera línea de las marchas también deban participar en este ajuste al protocolo y con esto se puede dar un paso adelante para que este trabajo se pueda ejecutar en el campo.
Para José Luis Cisneros, investigador de la Universidad Autónoma de México, los últimos tres operativos implementados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana fueron distintos y muestran que adolecen de protocolos para dosificar y evitar el abuso de la fuerza y la represión.
“Aquí tenemos una bomba de tiempo porque nadie ha querido responder pues de alguna otra manera capitalizar ese enojo de manera política siempre obtiene ciertos beneficios; el problema que ese enojo se convierte en más desenfreno, una ira, que nosotros vemos por parte de muchos de estos jóvenes", explicó.
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