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La posibilidad de construir un teleférico para conectar a las secciones III y IV del Bosque de Chapultepec, se incluyó en el proyecto de transformación de esa área y del complejo cultural, que se tiene planeado.
De acuerdo con la propuesta realizada por la Secretaría de Obras, ese medio de transporte elevado tendría un kilómetro de extensión con dos estaciones, La Cañada, ubicada en la Tercera Sección, y Los Polvorines, que se construiría en la Cuarta Sección. Sin embargo, aunque esta alternativa representaba una opción que a las autoridades gustó, la inversión económica deshizo la ilusión.
La capacidad de las cabinas sería de 10 pasajeros sentados con accesibilidad para personas en sillas de ruedas, coches de niños, usuarios con bultos.
La superficie útil de dichos vehículos sería de 4.4 metros cuadrados, una altura de 1.90 metros, a fin de que las personas puedan entrar y salir de los mismos sin agacharse y permanecer de pie comodamente durante el trayecto.
Por lo que toca a las estaciones, se les concibe como pabellones para que los edificios interactúen con el sitio donde serían levantadas, su tamaño será pequeño debido a cuestiones económicas y a fin de que no sean agresivos con el sitio donde se emplacen.
En el documento se menciona los elementos a favor del funicular, por ejemplo mejorar la seguridad del traslado, mayor confort en la cabina, opción viable de largo plazo, nivel de servicio aceptable durante su vida útil; y sus desventajas son que requeriría de componentes tecnológicos complejos, reinversiones en cabinas y sistemas electromecánicos, y necesitaría mayores necesidades de suministro eléctrico.
A esta posibilidad, no se le han puesto números aún para saber su costo y el número eventual de pasajeros beneficiados pues el documento público fue presentado en Compranet con reservas de información.
Ante la posibilidad de contar con un monocable en esa zona del Bosque de Chapultepec, Pablo Gaytán, sociólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), advirtió que dicha propuesta de movilidad representa un atentado a la pervivencia del bosque como tal, que implicará la desaparición variedades botánicas. Recordó que todo proyecto de infraestructura tiene, por lo menos, un impacto urbano de cinco kilómetros a la redonda del lugar donde se ubique y, en este caso, la construcción de un funicular impactaría a las alcaldías de Miguel Hidalgo. Álvaro Obregón y Cuajimalpa.
“Lo demás es que se está atentando contra un ecosistema, el cual se va a intervenir con columnas y un sistema eléctrico, el cual tendrá un impacto en la zona. No solo eso, va a implicar, en la hipótesis que se realice, van a transitar un solo tipo de usuario, que, entonces, sí sería un problema”, enfatizó el catedrático.
Finalmente, planteó que esta propuesta se conecta con el anuncio reciente de tener una línea de Metrobús sobre el Circuito Bicentenario, por lo que hay una lógica de movilidad entre el Metrobús, el tren México-Toluca, Teleférico y todos estos nuevos sistemas de movilidad, los cuales van alterar, en términos urbanos, toda esa zona.
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