A Ismael Figueroa lo retratan las quejas en su contra: manejo opaco de los recursos del Sindicato de Bomberos; ambición por mantenerse como el líder único y absoluto de los vulcanos y por escalar en la escena política de la Ciudad de México, así como por incitar a sus compañeros a agredir a dos reporteros.
Siempre metido en polémica, a Figueroa Flores se le recuerda por haber sido señalado por el bombero Javier García Salinas como responsable si algo le pasaba al vulcano; días después el bombero que lo señaló fue asesinado en un ataque directo a unos metros de la Estación Central.
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Con una licenciatura en Derecho por la Universidad de Londres, el líder sindical de 43 años buscó llegar al Congreso de la Ciudad de México en las pasadas elecciones, auspiciado por la coalición PRD-PAN-MC; fue duramente criticado por hacer uso electoral de los bomberos.
También estuvo en el ojo del huracán por haber presionado a Raúl Esquivel, conocido como Jefe Vulcano, a renunciar a la dirección del Heroico Cuerpo de Bomberos; en más de una ocasión elementos afines a Ismael Figueroa tomaron la oficina del entonces director para no dejarlo despachar.
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La historia de Ismael Figueroa es de excesos, ambiciones políticas y pugnas internas por el control del Sindicato y los millones de pesos que ahí se manejan. Hoy, antes de ser atacado en un restaurante de la Condesa, presumió en su Twitter la aprobación de un “bono de transición” por parte del jefe de gobierno, José Ramón Amieva.
