“Quiero el cráneo de mi hija”, dijo María del Carmen del Volante Velázquez tras encontrar un resto óseo durante el tercer día de búsqueda de Pamela Gallardo, quien desapareció el pasado 5 de noviembre de 2017.
Entre montículos de tierra, cascajo y basura, el grupo conformado por familias especializadas en la búsqueda de desaparecidos halló el resto de una mano, en el tiradero clandestino ubicado a un costado de la carretera Picacho-Ajusco, a medio kilómetro donde desapareció Pamela. Este es el segundo resto óseo que encuentran esta semana.
Con las manos llenas de tierra, la señora Mari -como le dice el grupo- observó el resto detenidamente y señaló: “no estaré tranquila hasta encontrar el cráneo de mi hija”.
A siete años de la desaparición de Pamela, sus familiares llevan más de 20 búsquedas en la zona del Ajusco con la esperanza de encontrarla.
“El martes encontramos otro elemento óseo, si ya encontramos eso, ¿qué nos está indicando? Por eso como familia tenemos que seguir impulsando venir a buscar porque ellos no lo van hacer, y nosotros no vamos a parar”, manifestó. La acusación de María del Carmen es contra las autoridades capitalinas.
Reprochó que el lunes, cuando inició la segunda jornada de búsqueda, faltaron excavadoras y herramientas, situación que retrasó los trabajos. Sin embargo, el martes y jueves avanzaron con el hallazgo de dos restos óseos.
“Definitivamente la Fiscalía se rebeló a entrar hacer rastreo y a cernir con nosotros, se van y se meten a las camionetas, ellos dicen que tienen protocolos, pero dentro de sus protocolos está el rastrear y cernir”, señaló.
“Necesitamos seguir limpiando montículos y esto es muy laborioso porque hay que cernir la tierra, por eso convocamos a que vengan estudiantes, antropólogos y voluntarios para ayudar”, agregó.
En la búsqueda participaron voluntarios, estudiantes y familiares de personas desaparecidas, así como la Guardia Nacional, Bomberos de Búsqueda de la Ciudad de México, la Fiscalía capitalina, la Comisión de Recursos Naturales (Corenadr) y la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
También estuvo presente el señor José Luis Castillo, padre de Esmeralda Castillo, joven que desapareció en Ciudad Juárez, Chihuahua, quien manifestó que buscó los recursos necesarios para poder asistir y apoyar a los papás de Pamela.
“Lo importante era estar aquí apoyando. Ayudar y explicar cómo trabajar la zonas y el terreno, conocer en qué lugar estás, cómo operan los cárteles y la delincuencia organizada para saber cómo lo vas hacer”, resaltó.
Durante más de seis horas la brigada de búsqueda removió toneladas de piedras y montículos con las excavadoras, mientras que todos los voluntarios cirnieron a mano la tierra para lograr identificar algún resto óseo.
Las antropólogas forenses supervisaron el trabajo y cuando por fin encontraron un hueso semilunar, que corresponde a la muñeca de una mano, intervinieron las peritos forenses para resguardar y agregarlo a la carpeta de investigación de Pamela.
Atxxa, Lucy, Mitlán y Káiser fueron los binomios caninos que participaron en esta búsqueda que ayudaron a olfatear y trabajar en zonas específicas con posibles positivos.
En febrero pasado se llevó a cabo la primera jornada de búsqueda donde iniciaron la remoción de escombros en la que se hallaron 13 restos óseos que aún se encuentran en análisis para identificar a quién pertenecen, por lo que suman 15 restos en total.
El viernes será el último día de esta jornada de cuatro días dedicados a la búsqueda de Pamela.