El Desierto de los Leones, considerado el primer Parque Nacional de México, tuvo un incremento de visitantes, especialmente ciclistas. Esto, aunado a las afectaciones que aún vive por un incendio ocurrido en 1998, hacen que sus mil 529 hectáreas estén sujetas a un monitoreo permanente, con el fin de que los visitantes se apropien del lugar, pero con las medidas adecuadas y garantizando su cuidado.
En el contexto de la protección de áreas naturales en la Ciudad de México, ¿en qué lugar se encuentra el Parque Nacional Desierto de los Leones? ¿Qué condiciones tiene?
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El Desierto de los Leones es el primer Parque Nacional que tenemos en México, data de 1917, son mil 529 hectáreas que desde el siglo pasado están en un estatus de conservación y aún cuando hay dos comunidades agrarias que formaron parte de sus terrenos, San Nicolás y Santa Rosa, se ha respetado la integridad del sitio.
Es un sitio de conservación de agua, está lleno de manantiales con una belleza extraordinaria y mantiene uno de los ecosistemas de oyamel con mejor conservación en la ciudad. Actualmente, y sobre todo y como consecuencia de la pandemia del Covid y el impulso que se le han dado a las actividades al aire libre, hemos recibido una enorme presión de uso por ejemplo de ciclistas en el sitio que ahorita estamos atendiendo y tenemos afortunadamente una estrategia de protección del área, y de restauración.
Es uno de los sitios principales de conservación de la CDMX, y bueno, para nosotros es tal vez el principal espacio en el poniente de la ciudad dedicado a este fin.
¿Qué tipo de actividades recreativas son las que aumentaron en ese parque y cómo detectaron que empezó a afectar a la zona?
Básicamente son las actividades ciclistas, sobre todo ciclismo de montaña, empezamos a notar problemas en que los propios ciclistas creaban rutas en pendientes bastante pronunciadas que, en el momento en que esas veredas empiezan a circular con las bicicletas en una condición casi casi de deporte extremo, al mismo tiempo hay una alteración de los espacios.
Actualmente no sólo hemos detectado esas rutas, sino que existe el planteamiento de ordenar el ciclismo de montaña y estamos permanentemente en pláticas con las organizaciones de ciclistas que existen y también definiéndolo con la población que se dedica a esta actividad.
¿Cuántas rutas han detectado hasta el momento?
De las 20 que teníamos identificadas, de repente empezamos a notar que se triplicaron, llegamos a tener alrededor de 80 nuevas rutas, lo cual nos puso un foco de alarma y ya hemos cerrado varias y ya estamos regresando a lo que son estas 20 rutas planificadas, grandes, chiquitas que se conforman de un circuito que nos permite no tener mayores impactos; y también hacemos una rotación de las mismas, para que podamos ir planificando dónde se puede entrar, dónde no, dónde requiere descansar y eso, como mencionaba, en acuerdo con los usuarios.
¿Qué otras problemáticas hay en el parque considerando el factor climático u otros efectos ajenos a las actividades humanas?
El bosque de oyamel, hablando en general, cuando le hace falta manejo y con los cambios provocados por el calentamiento global, tiene como consecuencia el aumento de la cantidad de combustible como efecto en este tipo de bosques y el principal efecto es tener incendios. Lo que hemos realizado es que, en las actividades de prevención de incendios hemos logrado llevarlas desde hace varios años. El último gran incendio fue en 1998 y desde entonces, afortunadamente, las medidas de prevención han funcionado, es nuestra lectura porque hemos tenido sólo conatos, riesgos de incendio que luego, luego se controlan.
No hemos tenido ningún incendio forestal, lo cual es una muestra de que el equipo técnico que maneja el área lo está haciendo de manera correcta.
¿Hay áreas afectadas por el incendio de 1998 que a la fecha aún requieren de un cuidado especial?
Sí, todas esas áreas, son alrededor de 500 hectáreas que monitoreamos de manera permanente en el sitio, propiciando que haya una recuperación de la vegetación, hay todavía mucho material que se dañó desde esa época que prevalece en el sitio. Y el monitoreo y las acciones por ejemplo del mantenimiento de brechas cortafuego, control de combustible y saneamiento forestal nos ha permitido que estemos observando esos sitios para evitar cualquier tipo de problema o que aumente la vulnerabilidad de un incendio en esas zonas
¿Qué otras actividades son un riesgo para la conservación de la zona?
Con malas prácticas me refiero a actividades de quienes quieren llegar al sitio y prender alguna fogata o hacer alguna actividad que involucre el uso del fuego o, de plano, afectar la vegetación cortándola.
Hay una actividad que también nos preocupa mucho y estamos atendiendo que es el llevar mascotas, sobre todo perros y gatos. Es una actividad muy importante, porque ha sido muy difícil controlar el acceso de los visitantes con sus animales de compañía y hay una práctica que se presenta con frecuencia, desafortunadamente, que es que los abandonan.
Tenemos el fenómeno de perros y gatos ferales que aprenden a vivir de manera silvestre que se vuelven muy agresivos, porque viven en condiciones propiamente salvajes, entonces es muy difícil su reinserción, aunque los atrapemos. Tenemos un programa con Agencia de Atención Animal, tenemos acciones coordinadas; pero sí es un problema, porque las cámaras trampa con las cuales monitoreamos la presencia de fauna en la zona nos arroja sorpresas de especies nativas, y también jaurías enteras sin ningún tipo de control.
Y no llegaron solitas, las llevaron visitantes al sitio, es una práctica muy común desde hace décadas. La realidad es que es un problema de ciudad, los animales de compañía son muy maltratados en una ciudad como es la de México y creo que requieren de un tratamiento integral, extensivo, de mucha discusión, para que las personas que asumen tener animales de compañía se hagan cargo de manera responsable y permanente.
¿Cuáles son los planes para el parque en 2023?
Nosotros ya estamos en la renovación de nuestro Programa de Manejo y nuestra principal meta de este año es que renovemos el instrumento que regula las actividades en el sitio, aprovechando todos los avances en medidas que hemos tomado para poder enfrentar cada uno de los problemas.
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También vamos a intensificar los programas de manejo integral, estamos haciendo acuerdos con las comunidades agrarias, para tener brigadas de apoyo al sitio y poder tener cada día más paisajes, donde se note este manejo que incluye conservación de cuerpos de agua, saneamiento forestal, control de plagas y enfermedades, creando hábitats para poder avanzar.
También está la parte de la recuperación de fauna nativa, nuestro programa de recuperación del ajolote que tenemos en el sitio a través de una unidad de manejo silvestre que es muy importante para nosotros.
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