La conmemoración por la matanza de estudiantes registrada el 2 de Octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas estuvo marcada por un rechazo abierto a la militarización del país.
Así lo hicieron sentir los participantes en la marcha, que salió al mediodía de este domingo de la Unidad Nonoalco-Tlatelolco, la cual fue encabezada por los integrantes del Comité 68 y a la que asistieron los padres y madres de los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa y alumnos de la Norma Rural de dicha localidad en el estado de Guerrero.
Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, dio a conocer que fueron mil personas las que asistieron al evento de conmemoración de los 54 años del 2 de Octubre y reportó saldo blanco en el recorrido que inició en la Plaza de las Tres Culturas, siguió por Eje Central Lázaro Cárdenas, dio vuelta en 5 de Mayo para entrar y culminar con un mitin en el Zócalo.
El funcionario agregó que la marcha fue vigilada por 730 policías antimotines, quienes estuvieron formados y a la expectativa en las calles perpendiculares a las vialidades por donde avanzó el contingente.
El primer altercado entre los uniformados y manifestantes tuvo lugar en la esquina de Eje Central Lázaro Cárdenas y Tacuba, donde personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana interceptó a un grupo de jóvenes a quienes les arrebataron mochilas con artefactos explosivos de fabricación casera, entre ellas bombas Molotov, hubo jaloneos, llovieron botellas de agua y otros objetos sobre los policías, quienes finalmente se retiraron del lugar con el material peligroso en sus manos; el segundo conato de enfrentamiento ocurrió en la calle de 5 de Mayo.
Posteriormente, un grupo de anarcos, ya en la Plaza de la Constitución, arremetió contra las barreras que resguardaban el Palacio Nacional, lanzaron petardos por encima de ellas y por último se sumaron a las personas que escuchaban los discursos en el lugar.
Marisol Vázquez fue la encargada de leer el posicionamiento del Comité 68 por el 54 aniversario de la matanza del 2 de octubre y desde un principio planteó la oposición clara y contundente a que los militares asuman tareas de seguridad pública y a la realización de una consulta ciudadana inconstitucional y no vinculante, es decir, una simulación que legitime la militarización del país con un instrumento a modo.
Descartó que con este rechazo le hagan el juego a la derecha, porque hay conciencia en insistir que el Ejército Mexicano ha cometido reiterada y sistemáticamente graves violaciones a los derechos humano, como persecuciones, detenciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas, tratos crueles e inhumanos, violaciones y ejecuciones.
"La narrativa del pueblo uniformado es insostenible y retrógrada, no se puede por decreto verbal, ungir ni expiar los crímenes del ejército: Ni en lo simbólico ni en lo formal se puede hablar de un ejército del pasado y del presente, pues su posición monolítica en el cumplimiento de su deber, no acepta mancha alguna, contra toda evidencia, lo cual admite que dichos crímenes se repitan una y otra vez, un total despropósito cuando lo que debiera garantizarse es la no repetición", expresó la representante del comité.
Finalmente, Félix Hernández, integrante de esa organización, ratificó su exigencia de justicia y que la matanza estudiantil de 1968 no siga impune.
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