El registro con código QR a través de teléfonos inteligentes en establecimientos cerrados no termina de consolidarse. En algunos negocios la medida se ha relajado al grado de que, o no se pide que se escanee la imagen, o si se hace no se cercioran de que se concluya con el envío del número de teléfono. En otros casos los clientes no colaboran y se niegan a cumplir con el trámite.
En un recorrido se advirtió por ejemplo que en la plaza comercial Reforma 222 se relajó su aplicación. En el acceso que está sobre la avenida no se le pedía a los clientes que escanearan el código, mientras que en las entradas laterales sí solicitaban cumplir con la medida, pero no se aseguraban de que se cumpliera al 100 por ciento.
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Juan Carlos, empleado que trabaja en el Centro Histórico, considera que el registro con el código QR es una medida positiva porque ayuda a detectar más rápido la cadena de contagio. “Se me hace muy sencillo el mecanismo para registrarme, solamente escaneas el código y envías tu número de celular. Yo fui a una notaría pública y me da tranquilidad saber que habrá un seguimiento si conviví con una persona positiva de Covid-19”, dijo.
El balance de este viernes arrojó que hasta el momento 95 mil 54 establecimientos mercantiles han obtenido el código QR y un millón 859 mil personas que han acudido a estos espacios han realizado el registro, de las cuales 440 fueron catalogadas como casos positivos de Covid-19 y por ello se alertó a 16 mil 782 personas que estuvieron en el mismo lugar para que tomaran precauciones.
Jorge Higadera, capitán del restaurante La Manifestación, en la calle Plaza de la República, comentó en entrevista que siete de cada 10 clientes aceptan sin ningún problema escanear el código y enviar su número de teléfono, pero el resto expresa dudas sobre el manejo de sus datos personales y prefieren no hacerlo. Incluso hay algunos que optan por no ingresar.
Aunque califica la medida como positiva, considera que llegó un poco tarde y que se debió implementar desde que abrieron los restaurantes. Aunado a ello, apuntó que tuvieron que contratar a una persona que se dedicara exclusivamente a hacer los registros del código QR, para agilizar el proceso y evitar aglomeraciones en el acceso al restaurante.
Rodrigo Pérez, gerente del restaurante Sonora Grill, ubicado en Paseo de la Reforma, consideró que la medida es eficiente para detectar la cadena de contagios, pero aunque sus clientes cumplen con el registro, las personas de la tercera edad quedan fuera porque no cuentan con teléfono inteligente.
Esta nueva medida que arrancó la semana pasada y que es obligatoria para los establecimientos, no lo es para los clientes. Será extendida a partir del lunes a supermercados, tiendas de autoservicio y farmacias, anunció este viernes la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
Esta medida del código QR es parte de las acciones con las que el gobierno busca revertir regresar al semáforo rojo, ya que en caso de que crezcan más el número de hospitalizaciones, para finales de diciembre la ciudad estará en los niveles de mayo, el pico de la pandemia. "Estamos ampliando a partir de la próxima semana el QR para otros giros", dijo Sheinbaum.