“¡Pásale! ¿qué va a llevar?, ¡anímese con estas papas!”, se escucha desde los locales R en la nave de frutas y legumbres de la Central de Abasto, en Iztapalapa, donde el Covid-19 no detiene las ventas, ni aún con casos confirmados por esta enfermedad.
Es el segundo día de la Fase tres -que es cuando se dan más rápido los contagios por este virus-, gritos hacia los marchantes se replican desde la entrada OP hasta el final, donde la nave de aves y carnes continúa con el recorrido. Pero en particular en los locales de manzanas, zona en la cual a uno de los trabajadores lo han mandado a casa a descansar, pues presentaba síntomas del virus.
“Empezaron los rumores de que había casos sospechosos, no los creíamos hasta que la semana pasada nos enteramos de un compañero”, cuenta uno de los trabajadores que pidió reservar su identidad.
Esto también fue confirmado por empleados de los locales vecinos. Desde las cajas de fruta que dan la bienvenida a un local especializado en manzanas, dos empleados ataviados con doble cubrebocas, careta y guantes, saben que hay sospechosos de portar el Covid-19, pero tratan de cuidarse y seguir sus labores.
Lo mismo ocurrió a unos pasos, en el local de Danny. Los mandaron a descansar, pero con paga asegurada y ahora que están de regreso esperan que las ventas se mantengan. Uno de los empleados lo ejemplifica: “una señora me compraba cuatro cajas, ahora sólo vino por una y meavisó que ya no regresará porque tiene miedo”.
Quienes atienden las emergencias del hospital San AngelInn de Universidad confirmaron a El Sol de México que el pasado lunes se atendieron al menos tres casos positivos de Covid-19 que provenían de la Central de Abasto.
Al detectar que los tres coincidían en este mercado, el personal médico envió a la Dirección de Epidemiología esta detección.
Incluso, al interior de la Ceda, se reportó entre los transportistas la muerte de René, un trabajador del pasillo X, para que tomaran mayores precauciones.
Pero ni la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ni las autoridades de la Central de Abasto han dado información al respecto. Tampoco la alcaldía Iztapalapa, que concentra el mayor número de contagios, pues la alcaldesa Clara Brugada se limitó a decir que al ser una administración independiente no conoce de casos confirmados.
“Es un gran centro económico de comercio muy importante, sé que se están llevando a cabo medidas sanitarias. No tengo más información sobre si habrá más medidas ahí”, atajó en videoconferencia.
PARA EL MANDADO
Ni la Fase tres detiene a la Central de Abasto. Aunque desde el pasado martes la administración del lugar emitió una serie de recomendaciones sanitarias para bodegueros, transportistas, vendedores y marchantes, las transacciones en el mercado más grande de América Latina seguirán, aunque los locatarios aceptan que han disminuido.
La administración de la Ceda pidió no escupir, que sólo los vendedores manipularan las frutas y se prohibieron las muestras de fruta con chilito y más.
Pero la realidad es otra. En los pasillossiguen escupiendo, las frutas son manipuladas sin guantes y los diableros van de un lado a otro con el cubrebocas en el cuello. Los compradores recorren los pasillos con cubrebocas, pero no más. La sana distancia aparece a ratos, pero para negociar los precios de la de verduras hace necesario acercarse un poco más.
Para Julián, quien trabaja en las bodegas OP, su jornada común termina a las 16:00 horas. Ahora, con menos compradores, el local cierra a lo mucho a las 14:00 horas. Su patrón le ha contado que a partir de hoy o a más tardar mañana el local cerrará al menos por 15 días para evitar contagios. Se irán con la paga completa y con la seguridad de que al retomar actividades, aún tendrán su empleo.
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